¿Cómo afecta la jubilación a tu salud mental? Consejos para adaptarte correctamente al cambio
Quienes no preparan gradualmente su jubilación tienen un 19% más de probabilidades de experimentar síntomas depresivos
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Pasar de la rutina laboral a la jubilación no siempre supone alcanzar el descanso soñado. Aunque muchas personas esperan con ilusión este momento, la retirada del mundo laboral puede tener un impacto considerable en la salud mental, especialmente si no se planifica bien. El cambio de hábitos, la pérdida de identidad profesional o el aislamiento social son solo algunos de los factores que pueden provocar tristeza, ansiedad o incluso depresión. Por eso, adaptarse correctamente al nuevo contexto es tan importante como planificar los aspectos económicos.
No todo el mundo se jubila igual
Un reciente estudio de la Universidad de Yale, publicado en Journal of Health Economics, reveló que las mujeres que han desempeñado trabajos manuales experimentan un incremento del 16,6% en las visitas a urgencias por causas relacionadas con la salud mental tras jubilarse. En cambio, este aumento no se detecta en trabajadoras con empleos de oficina. Para los investigadores, esto sugiere que la experiencia vital y el entorno laboral anterior condicionan fuertemente cómo se vive la jubilación.
Por otro lado, los datos del estudio europeo SHARE, especializado en envejecimiento, indican que para otros colectivos, como las mujeres y trabajadores con empleos físicamente exigentes, la jubilación puede actuar como un factor protector, mejorando el bienestar emocional. El motivo: salir de entornos laboralmente tóxicos o extenuantes puede suponer una liberación.
La clave: cómo y cuándo jubilarse
Los especialistas coinciden en que el impacto de la jubilación sobre la salud mental está estrechamente ligado a dos variables críticas: el grado de voluntariedad y la planificación previa. Tal y como explica un análisis publicado en la Revista Española de Geriatría y Gerontología, quienes se jubilan de forma no deseada tienden a presentar mayores niveles de estrés y menor autoestima. En cambio, los que han planificado su retirada, mental y emocionalmente, muestran una adaptación más saludable.
Otro factor de riesgo es una transición demasiado abrupta. Un estudio en Journal of Aging and Health sugiere que quienes no preparan gradualmente su jubilación tienen un 19% más de probabilidades de experimentar síntomas depresivos en los meses posteriores al retiro.
Estrategias prácticas para una buena adaptación a la jubilación
Expertos recomiendan abordar la jubilación como un proyecto personal integral que incluya, además de las finanzas, aspectos emocionales, sociales y de identidad. Es importante prestar atención a aspectos como crear nuevas rutinas, mantener los propósitos personales activos y fortalecer los vínculos sociales para evitar caer en una espiral descendente en esta etapa de la vida.
Uno de los mayores errores es tratar de llenar el vacío con hábitos poco saludables. En cambio, recomiendan fomentar actividades físicas, sociales y creativas que ayuden a mantener el cerebro activo y el ánimo elevado.
También se ha observado un efecto paradójico con el alcohol. Un informe publicado en Aging & Mental Health encontró que el consumo moderado, de una copa de vino diaria, se asociaba con una leve mejora del ánimo tras la jubilación. No obstante, los autores advierten que se trata de una correlación y no una recomendación generalizable, y que es preferible buscar otros recursos más sostenibles a largo plazo.
Detrás de la jubilación hay una pregunta de fondo que muchas personas tardan en formularse: ¿quién soy ahora que ya no trabajo? La pérdida del rol profesional, especialmente si ha definido gran parte de la identidad durante décadas, puede generar un fuerte desequilibrio emocional. Por eso, muchos psicólogos recomiendan encontrar nuevas formas de sentirse útiles y reconocidos: el voluntariado, la formación, la creación artística o el acompañamiento de nietos son algunas alternativas.
La buena noticia es que, bien llevada, la jubilación puede convertirse en una etapa de plenitud. Según los estudios citados, lo esencial es no improvisar: planificar, anticiparse y cuidarse emocionalmente son las claves para que el final de una carrera laboral no sea el comienzo de un declive, sino la puerta a una vida más rica y consciente.
