Los nuevos requisitos de la Seguridad Social para jubilarse en 2026 si no se cumple el periodo mínimo de cotización
El calendario progresivo culminará en 2027, cuando la edad de jubilación quedará fijada en 67 años
Las claves de la jubilación reversible, la propuesta del Gobierno que busca recuperar trabajadores al mercado laboral
Los cambios en el sistema de pensiones en España avanzan según lo previsto en la reforma aprobada hace más de una década.
Los trabajadores que planeen jubilarse a partir del 1 de enero de 2026 deben tener en cuenta que la Seguridad Social aplicará ajustes en los requisitos, con especial incidencia en aquellos que no alcancen el periodo mínimo de cotización exigido.
Esta actualización, prevista en la Ley 27/2011 y ratificada por el Real Decreto-ley 2/2023, responde a la necesidad de garantizar la sostenibilidad de un sistema que afronta la presión del envejecimiento poblacional.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística, España tendrá en 2050 casi un 30% de su población en edad de jubilación, lo que obliga a reforzar los mecanismos de equilibrio financiero y solidario entre generaciones.
La edad de jubilación y los cambios previstos para 2026
A partir de 2026, la edad legal de retiro se situará en un esquema doble en función de los años cotizados.
Quienes acrediten al menos 38 años y 3 meses podrán acceder a la pensión a los 65 años. En cambio, los trabajadores que no alcancen esa cifra deberán esperar hasta los 66 años y 10 meses para poder jubilarse.
Esto supone un incremento de dos meses respecto a la normativa de 2025, que fijaba el retiro en 66 a ños y 8 meses para quienes no llegaban al mínimo de cotización.
El calendario progresivo culminará en 2027, cuando la edad de jubilación quedará fijada en 67 años, salvo para quienes reúnan carreras de cotización más largas.
El objetivo es adaptarse al aumento de la esperanza de vida, que según Eurostat en España supera ya los 83 años de media, una de las más altas de Europa. Este envejecimiento hace imprescindible ajustar la edad de acceso para asegurar la viabilidad de las pensiones futuras.
Qué ocurre si no se cumple el periodo mínimo de cotización
Una de las cuestiones que más dudas genera es qué sucede con quienes no alcanzan el periodo mínimo de cotización. La normativa establece que se necesitan al menos 15 años para tener derecho a una pensión contributiva, de los cuales al menos dos deben encontrarse dentro de los 15 años inmediatamente anteriores a la jubilación.
En caso de no cumplir este requisito, no se pierde por completo el acceso a prestaciones, pero las opciones cambian. La Seguridad Social permite solicitar el llamado subsidio para mayores de 65 años, siempre que se cumplan condiciones de renta y residencia, aunque se trata de una ayuda económica más reducida que la pensión contributiva.
Por eso resulta fundamental que cada trabajador revise con antelación su historial de cotización y planifique con tiempo su situación.
La propia Seguridad Social ofrece, de hecho, simuladores online para conocer cuál sería la pensión estimada en función de los años trabajados y las bases cotizadas.
El nuevo sistema dual de cálculo
Otro de los cambios significativos que llega en 2026 es la aplicación progresiva de un sistema dual de cómputo para la base reguladora. La Seguridad Social calculará de manera automática la pensión bajo dos fórmulas distintas y aplicará la que más favorezca al futuro jubilado.
Por un lado, se mantiene la fórmula actual, que toma como referencia los últimos 25 años cotizados. Por otro, se introduce la posibilidad de elegir los mejores 27 años de cotización dentro de un periodo de 29, descartando los dos peores.
Este nuevo modelo está pensado para aquellos trabajadores que han tenido carreras laborales intermitentes o han sufrido caídas de salario en los últimos años de su vida laboral. Gracias a esta flexibilidad, se pretende evitar que situaciones puntuales de desempleo o de salarios bajos reduzcan de forma drástica la pensión final.
Para las empresas de menor tamaño y para los autónomos societarios, estos cambios implican la necesidad de un control más exhaustivo de las cotizaciones, ya que cualquier laguna en la vida laboral puede tener un efecto negativo en la futura pensión.
Al mismo tiempo, los empleados deben conocer sus derechos y obligaciones, asegurándose de que las cotizaciones reflejadas en la Seguridad Social coinciden con su actividad real.
Este refuerzo del sistema no solo busca garantizar pensiones suficientes, sino también transparentar el verdadero esfuerzo contributivo de cada trabajador.