Jubilación

La regla del 4% y por qué quizás en 2026 ya no funcione: cómo calcular cuánto dinero necesitas para jubilarte

La regla del 4% ya no es tan válida como en sus orígenes. Freepik
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La conocida como regla del 4% es un clásico de las fórmulas de inversión con las que tratar de sacar un rendimiento a tus ahorros y que, llegado el momento de la jubilación, los rendimientos financieros actúen como un colchón económico con el que vivir despreocupadamente y poder afrontar con garantías los costes que supone la jubilación y la vejez. Sin embargo, en los últimos años de volatilidad de los mercados, recesiones económicas, inflación muy elevada y sensación de constante imprevisibilidad en la confianza internacional hace que muchos expertos ya no lo recomienden en este 2026. Analicemos cómo funciona y por qué ya no se ajusta a nuestra nueva realidad mundial.

Cómo funciona la inversión con la ‘regla del 4%

La aplicación de esta regla financiera en la jubilación implica que de tu dinero invertido retiras la misma cantidad cada año, ajustando por el nivel de inflación. Dicho de otra forma, sumas todas tus inversiones y retiras el 4% de ese total durante tu primer año de jubilación. Posteriormente, lo que tienes que hacer es ajustar sobre ese 4% la inflación anual. La clave de esta fórmula es tener disponibilidad y que el dinero no retirado siga creciendo y compensando en cierta medida el que se retiró.

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La principal ventaja de este sistema es que, siguiendo esta fórmula se debería tener una probabilidad muy alta de no sobrevivir a tu dinero durante una jubilación de 30 años, según la norma. Esto da cierta tranquilidad financiera para saber que vas a vivir una jubilación y vejez sin demasiados contratiempos y con cierto colchón económico.

Para poner un caso práctico, imaginemos que tenemos unos 500.000 euros invertidos. El primer año habría que retirar el 4% de esta cantidad invertida, lo que supondría unos 20.000 euros que servirían como apoyo a otras fuentes de financiación en la jubilación, ya sea la pensión pública o algún plan de pensiones privado. Si suponemos una inflación de un 2,5% para el siguiente año, en ese habría que retirar los 20.000 anuales más unos 500 euros adicionales de IPC, lo que supondría un total de 20.500 euros. Al siguiente año, el 4% de la cantidad original, 20.000 euros, más el porcentaje correspondiente a la inflación de cada año. Así sucesivamente durante los próximos 30 años, lo que daría para el resto de tu vida… si no acabas siendo centenario.

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Puntos débiles de la regla para 2026

La regla del 4% lleva un tiempo siendo cuestionada por los expertos financieros, hasta el punto de que incluso su creador, Bill Bengen, renegó de ella hace unos años. Por ejemplo, tomando como referencia al Centro Schwab para la Investigación Financiera, este organismo ha resumido cuáles son los principales puntos por los que su aplicación estricta se hace tan extremadamente difícil hoy en día (y la previsión para 2026 no mejora).

En primer lugar, no ayuda el hecho de que, a priori, sea una regla estricta en el que cada año asumes un gasto fijo (ajustado según la inflación), pero sin tener en cuenta el rendimiento de las inversiones, que puede no compensarse. Igualmente, se asume que no hay años en los que se gaste por encima o por debajo de la inflación. Como los gastos pueden variar de un año a otro, también debería variar el gasto a lo largo de la jubilación.

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Las inversiones son volátiles y cambiantes. Como los expertos recomiendan diversificar tu cartera de inversiones para tener una jubilación más desahogada cuando llegue el momento, eso también significa que habría que ir más allá de una fórmula clásica de inversión del 50% en acciones y otro 50% en bonos. Además, las proyecciones de rendimientos de mercado en la próxima década pueden no ser tan esperanzadoras como en los últimos 10 años y utilizar los rendimientos históricos del mercado para calcular una tasa de retirada sostenible podría resultar en una tasa de retirada demasiado alta.

El horizonte temporal de los 30 años puede no ser asumible. Teniendo en cuenta que la edad de jubilación va a ir creciendo, la esperanza de vida después de la retirada laboral no siempre va a superar estos 30 años. Por tanto, el riesgo de quedarse sin dinero existe si se vive más de esos años, pero lo más probable es que tu horizonte de planificación para las retiradas no se adapte a la supuesta esperanza de vida.

Otro error es no considerar las posibles comisiones o impuestos relacionados con las retiradas de rendimientos derivados de la inversión. Habría que considerar que estas cantidades se tienen que deducir del dinero retirado. Por tanto, si en tus cuentas retiras cada año 40.000 euros pero te van a suponer 5.000 euros en impuestos, tasas o comisiones, ese gasto debería deducirse de los 40.000 euros, quedando únicamente 35.000 euros nada más retirarlos, lo que haría que los porcentajes no estuvieran realmente bien calculados.