Teletrabajando en la playa: los riesgos laborales, la otra cara de la jornada

  • La pandemia de coronavirus impuso el trabajo a distancia a pesar de la reticencia de los empresarios

Se acabó el agobio del atasco matinal o el viaje en metro en plan sardinas. Nuestras casas ahora son oficinas y el portátil de andar por casa es el ordenador del trabajo. Se acabó el café a media mañana y las bromas con el compañero de oficina. Esto es el teletrabajo, la nueva realidad que llegó con la velocidad de la pandemia de Covid-19, con sus luces y sus sombras.

Hemos visto una concejala en bikini que sigue el pleno tumbada en una hamaca; otro que se ducha, mientras escucha las intervenciones; presentadores con terceros incluidos y hasta en ropa interior. Detrás de esas simpáticas imágenes está la cotidianidad de los trabajadores, que también viven la cara b del trabajo en casa.

Araceli López-Guillén García, especialista en Medicina del Trabajo, explica los pro y los contras de esta nueva modalidad que se ha 'instalado' en nuestras vidas de forma abrupta.

"Se reduce el tiempo de desplazamiento al trabajo, se permite la organización propia de la jornada laboral (en mayor o menor medida) se reducen los consumos de gasolina (para ir al trabajo) o de utilización del transporte público y se reducirían también los accidentes de trabajo “in itinere”. El trabajador de esta manera sería mas 'autónomo' para la gestión de su trabajo".

Sin embargo, no todos son bondades. De hecho, los datos lo ponen en duda. Uno de cada cuatro españoles no se siente capacitado para teletrabajar, según un estudio de Randstad Workmonitor. Una parte de los profesionales españoles echan en falta medios para poder teletrabajar. Cuatro de cada 10 trabajadores de nuestro país considera que su empresa no les proporciona el equipamiento tecnológico necesario, según revela el resultado de las más de 13.000 encuestas realizadas por la empresa de trabajo temporal.

En el lado negativo, López-Guillén García, asegura que con el teletrabajo es "más complicado garantizar las medidas de prevención, las características culturales y del entorno, incidirían de manera más directa en la sobrecarga de tareas (discriminación por sexo). Podrían verse alterados los horarios de sueño y vigilia y el mantenimiento de rutinas habituales estaría en función de la disponibilidad de tiempo por parte del trabajador.

Con el verano y tras tres meses de confinamiento la maquinaria del teletrabajo comienza a engrasarse. Las empresas, tan reacias a la jornada laboral en casa, parecen haberle cogido el gusto a una solución en la que muchos de los empleados asume los cargos adicionales que conlleva. De un día para otro millones de trabajadores se han convertido en teletrabajadores y esta nueva modalidad podría implantarse de forma definitiva.

En líneas generales se produciría una redistribución demográfica de la población aumentando en focos 'no urbanos' y disminuyendo en las grandes ciudades. Evidentemente se disminuiría el tiempo de desplazamiento al trabajo y se optimizaría la jornada laboral

Luis Pérez, director de Relaciones Institucionales de Randstad, ve de forma " preocupante que los trabajadores no se sientan capacitados para llevar a cabo su labor en remoto". En opinión de este especiliasta, el teletrabajo no solo ha resultado fundamental durante el confinamiento, sino que va a tener mucha presencia a partir de ahora, como estamos comprobando, por ejemplo, con la intención por parte del Gobierno de legislarlo. Sin embargo, -precisa- que muchas empresas tienen que poner a disposición de los trabajadores medios y formación para que el teletrabajo sea una opción igual o más eficiente que el empleo presencial”.

Cambiar el paisaje y teletrabajar desde el pueblo o en la playa

Las compañías telefónicas hablan de un alza en la instalación de líneas en la segundas residencias y miles de españoles preparan condiciones para enfrentar el teletrabajo al menos con un paisaje distinto al patio de manzana o el estrecho salón por donde corretean sus hijos, mientras entra la videollamada o el correo imperativo de un jefe. ¿Sería mejor o peor buscar otros ambientes, más relajantes o al menos diferentes?

"En líneas generales se produciría una redistribución demográfica de la población aumentando en focos 'no urbanos' y disminuyendo en las grandes ciudades. Evidentemente se disminuiría el tiempo de desplazamiento al trabajo y se optimizaría la jornada laboral. A nivel ecológico los cambios son enormes y podrían significar una nueva organización de las ciudades", responde la directora de la Cátedra de Medicina Evaluadora y Pericial en UCAM Universidad Católica San Antonio de Murcia.

Las luces están explicadas, pero las sombras del teletrabajo también, sobre todo con empresas que se han visto forzadas a implantarlo de forma exprés y con herramientas tecnológicas todavía en desarrollo. Para López-Guillén García quedan muchas incógnitas por estudiar e investigar y advierte de "la brecha de desigualdad" que se abre entre los trabajadores en dependencia de las "situaciones socia-familiares" de cada uno.

"Si un trabajador se va a la playa creo que estará más fresco, pero no puedo garantizar que rinda mejor ni peor porque depende de la situación familiar de cada uno. Con el teletrabajo estamos también abriendo una brecha de desigualdad mayor entre las distintas situaciones socio-familiares que tendremos que gestionar.

La experta en Medicina del Trabajo advierte que "es importante hacer una reflexión sobre esto, porque no todos los trabajos, ni todas las personas se podrían adaptar de la misma manera a las situaciones de teletrabajo que proponen las empresas y esto no debe de ser discriminatorio en ningún caso.

¿Teletrabajar mata?

El nuevo panorama 'telelaboral' en España propone un reto tanto para trabajadores como para los empresarios y también para los servicios de prevención de riesgos laborales. Cada uno de estos factores tendrán que "hacer un esfuerzo de responsabilidad" para que ganarse el pan no constituya un riesgo para la salud.

"Esta situación nos ha cogido por sorpresa a todos, esto es una realidad, pero no una excusa. Los servicios de prevención se enfrentan al reto de la nueva normalidad en la misma medida que el resto de la población. Será necesaria la inversión en nuevos programas de prevención y salud laboral orientados en el nuevo marco de trabajo en el que nos encontremos. Muy probablemente haya que hacer un esfuerzo de responsabilidad por parte de los trabajadores y de los empresarios para continuar garantizando las condiciones de salud en el puesto de trabajo. Es un nuevo escenario de trabajo que tenemos que explorar. Sin duda un nuevo reto en Salud Laboral."