Las claves de la crisis de la vivienda en España: los jóvenes, la falta de mano de obra y el fenómeno europeo
'Informativos Telecinco' realiza un especial sobre las claves de la crisis de la vivienda en España
La historia de la vivienda en España: de la época dorada de los 50 al estallido de la 'burbuja inmobiliaria'
La crisis de la vivienda en España se ha convertido en una barrera insalvable para millones de ciudadanos, especialmente los jóvenes. A pesar del crecimiento económico del país en términos macroeconómicos, el acceso a una vivienda digna es una realidad cada vez más distante. En la última década, el precio del alquiler ha aumentado un 60% y el de compra cerca de un 50%, mientras que los ingresos familiares solo han crecido un 35%. Esta descompensación, sumada a la escasa oferta —con apenas 90.000 viviendas construidas al año frente a los 200.000 nuevos hogares que se forman—, ha empujado a los jóvenes a retrasar su emancipación, compartiendo pisos durante años o resignándose a vivir con sus padres. Solo el 15% logra independizarse y muchos ven la compra de una vivienda como un sueño inalcanzable.
Entre los factores que agravan esta situación destaca la inversión en vivienda turística, considerada más rentable por los inversores. Además, la compra de inmuebles por parte de extranjeros en ciertas zonas eleva aún más los precios. Estos elementos especulativos distorsionan el mercado y reducen la disponibilidad de viviendas para uso residencial. La falta de regulación efectiva y de políticas públicas ambiciosas hace que el desequilibrio entre oferta y demanda se perpetúe, consolidando un modelo que excluye a quienes no pueden competir con estos actores económicos.
El fenómeno no es exclusivo de España, aunque aquí se manifiesta con especial crudeza. En países como Bélgica, por ejemplo, también se está encareciendo el alquiler debido a la caída de la oferta, pero la edad media de emancipación es significativamente más baja (26 años). Esto demuestra que, con políticas adecuadas y un mercado más equilibrado, otros modelos son posibles y podrían servir de referencia para abordar la situación española.
Jóvenes, falta de mano de obra y el cine como apoyo para mostrar los problemas de la vivienda
Uno de los mayores cuellos de botella en la construcción de nuevas viviendas es la falta de mano de obra y la excesiva burocracia urbanística. Desde que se inicia un expediente para desarrollar suelo urbanizable hasta que se entrega una vivienda pueden pasar hasta 15 años. La escasez de trabajadores cualificados, agravada por el envejecimiento de la plantilla y la falta de relevo generacional, ralentiza aún más los procesos. Muchos de los profesionales actuales, como Manuel, con 57 años, aseguran que su generación será la última en mantener viva la obra tradicional, mientras las promotoras recurren a soluciones industrializadas como baños prefabricados para acelerar los plazos, aunque esto encarece los costes.
Este drama no solo se vive en los datos, también se ha plasmado a lo largo del tiempo en el cine español, reflejando el eterno anhelo de tener un hogar propio. Desde las corralas y el hacinamiento del desarrollismo hasta las urbanizaciones del boom inmobiliario, pasando por los dramas de jóvenes que no podían casarse por no conseguir “un pisito”, el cine ha sido un espejo fiel de la realidad social. En la actualidad, películas y series siguen mostrando cómo la vivienda ha pasado de ser un sueño de propiedad a una lucha por encontrar simplemente un techo.
Mientras tanto, las nuevas generaciones alzan la voz y reclaman soluciones reales. Como Marta, que lleva siete años compartiendo piso pese a tener trabajo, o Alejandro, que ve imposible hacer lo que sus padres lograron con solo cuatro años más que él. La brecha generacional y la pérdida de peso político de los jóvenes (que han pasado de representar el 35% al 20% del electorado) los han convertido en un colectivo olvidado. Sin una respuesta urgente y contundente, el derecho a la vivienda seguirá siendo, para muchos, una utopía.