Cómo pactar la hora de llegada a casa con tu hijo adolescente sin ser permisivo ni estricto
Cuando se vaya a marcar una hora de llegada, se debe argumentar a los adolescentes el por qué para que lo entiendan y evitar conflictos
Se deben tener en cuenta diversos factores como si es día de semana o fin de semana o qué sitio quieren ir para establecer una hora de llegada coherente
Dentro del cerebro de un adolescente: "Hay que entender que están en un momento crítico"
MadridSegún los hijos van creciendo y entrando en la adolescencia, cambian sus hábitos y gustos. Llegan los cambios de humor, prefieren aislarse y cuando socializan, lo van a querer hacer con sus amigos, a los cuales, los sienten como su nueva familia. Por lo que, van a preferir hacer planes constantemente con ellos. Durante esta etapa, una de las discusiones estrella en casa gira en torno a estas salidas, y sobre todo, a la hora de llegada después de salir con su grupo de amigos.
Muchos padres escogen imponer normas estrictas, mientras que otros prefieren dar total libertad a los hijos para que sean ellos quienes decidan. En este caso, existe un punto intermedio en el cual se pueden establecer acuerdos razonables sin caer en la permisividad ni en la rigidez extrema.
La importancia de establecer normas y límites razonables
La adolescencia es una etapa de exploración, donde ellos buscan reafirmar su independencia y prueban límites. No obstante, también necesitan que se les marquen unas normas claras que puedan ayudarles a desarrollar su sentido de la responsabilidad.
Un estudio de la Universidad de Harvard sobre crianza positiva sugiere que los niños y adolescentes se benefician de estructuras bien definidas en el hogar, ya que estas les aportan seguridad y son una guía para saber cómo afrontar situaciones fuera de casa.
Para marcar normas efectivas, sobre todo en lo que se refiere a la hora de llegada, es recomendable considerar aspectos como la edad que tiene el adolescente, el entorno en el que se mueve, si es día de semana o fin de semana y las responsabilidades académicas o familiares que tenga.
Cómo negociar la hora de llegada sin imponer ni tampoco ceder
Establecer una conversación abierta y respetuosa
La comunicación es esencial para llegar a cualquier acuerdo, y al fin y al cabo, la hora de llegada es uno. Es importante que el adolescente sienta que su opinión también cuenta y que no se le va a imponer una norma porque sí. Se trata de establecer un diálogo que se base en la empatía para ayudar a evitar conflictos y que el adolescente también coopere con la decisión tomada.
Factores que hay que considerar
Cuando se debe establecer la hora de llegada, hay distintos factores que hay que tener en cuenta y que el adolescente debe entender. No es lo mismo salir un día de semana, que tiene responsabilidades académicas y al día siguiente debe estar descansado para ir al instituto, que salir un fin de semana. Tampoco es lo mismo, cuando van a algún lugar sin supervisión que con un adulto responsable. Se tienen que tener en cuenta cosas como si se va a una fiesta o a casa de un amigo, o cómo de lejos está el lugar donde quieren ir. Todas estas situaciones influyen en la decisión que se tome.
Flexibilidad y recompensa
Al principio, puede que no se esté muy seguro de si la hora de llegada es justa o no, pero, una estrategia que se puede seguir es, según los adolescentes van demostrando que son responsables y que cumplen con las normas establecidas, se les va otorgando más libertad. En las primeras salidas, se pueden establecer horarios más restrictivos, pero luego, siempre cabe la posibilidad de ir ampliándolos progresivamente si han cumplido con lo que se ha acordado.
Responsabilidad y consecuencias
El adolescente tiene que entender que cada libertad conlleva una responsabilidad, y esto es esencial. Si un día llega tarde sin haber avisado, deben haber consecuencias que se hayan establecido previamente como adelantar la hora de llegada en la próxima salida, o que no vaya a salir la próxima vez que salgan sus amigos. Lo que no se debe hacer es amenazar al adolescente con lo que puede pasar, y después no cumplir con lo que se ha establecido. De igual manera que se premia a la responsabilidad, se debe entender que la irresponsabilidad tiene consecuencias.
Usar la tecnología para una mayor seguridad
Existen muchas aplicaciones de localización, mensajes o llamadas que pueden servir para que los padres se puedan sentir tranquilos sin tener la necesidad de invadir la privacidad del adolescente. Se deben pactar ciertos acuerdos como que se envíe un mensaje cuando llegue a un determinado lugar, para así, generar confianza.
Dar ejemplo al adolescente
De la misma manera que se exigen unas responsabilidades a los adolescentes, los padres también deben respetar esos acuerdos y ser coherentes con sus propias normas, como cumplir con los horarios o avisar si llegan tarde.
Errores comunes que deben evitarse
No se deben imponer horarios sin dar una explicación o razón para ello, el hacerlo puede generar rebeldía y conflictos por no ser capaces de entenderlo. De la misma manera que tampoco se debe ceder ante la presión del argumento de “todos mis amigos pueden quedarse hasta más tarde”. La decisión debe basarse en criterios familiares y no en comparaciones, ya queda en la decisión de los padres comunicarse con otros, para poder establecer una hora de llegada común.
En el caso de que no se respeten las reglas, siempre hay que aplicar las consecuencias. Es un error no hacerlo, ya que si no hay consecuencias, se pierde la autoridad.
Y por último, no se debe sobreproteger en exceso. Los padres no deben negarse a dejar salir a un adolescente por miedo, esto puede limitar su desarrollo social y su capacidad de tomar decisiones responsables.