La tregua meteorológica no durará más de 48 horas. Los cielos azules serán sustituidos la tarde del viernes por los grises, cuando una nueva borrasca procedente del noroeste comience a bordear el Cantábrico. En el norte, por tanto, la intensidad de las lluvias será mayor, lo cual no quita para que en el resto del país también se 'estropee' el ambiente veraniego.
Volveremos a hablar por tanto de lluvias generalizadas a última hora del viernes, excepto en el litoral mediterráneo. Allí llegarían a partir del sábado, cuando las bajas presiones se muevan hacia las Baleares. Para entonces las precipitaciones continuarían produciéndose en todo el país (excepto en el suroeste), aunque serán más fuertes en el área cantábrica, Galicia y Baleares, con probabilidad de tormentas.
Junto a esto, las temperaturas se mantendrán estables e incluso puede que suban, sobre todo el viernes. Sin embargo, el ascenso no se notará demasiado debido al viento, que incrementará su fuerza a partir del viernes, y especialmente el sábado. En el norte peninsular, el lugar más cerca del núcleo de la borrasca, las rachas podrían alcanzar los 70 u 80 km/h.
Domingo, lluvias en el sur
Lo cierto es que esta borrasca no afectará especialmente al sur peninsular, pero a cambio un nuevo y breve episodio de inestabilidad el domingo promete regar los campos andaluces, concretamente los del suroeste. El acercamiento de un nuevo frente que durante las últimas horas de la semana hará que toque sacar el paraguas en el sur.
No obstante, será bastante breve y el lunes lo más probable es que volvamos a estar bajo el influjo de las altas presiones, al menos, hasta el jueves 29 de marzo. No obstante, son predicciones a largo plazo y la incertidumbre para estas fechas es mayor.