En Canarias están notando que el cielo estos días no es azul, sino gris y poco soleado. No se trata de la presencia de nubes, sino que este enturbiamiento es debido a la entrada de polvo sahariano procedente de África. Millones de partículas diminutas e imperceptibles por el ojo humano han atravesado el Atlántico desde las costas de Sáhara occidental y Marruecos para llegar a comienzos de semana al archipiélago.
Ahora, no queda más que esperar a que la masa se disperse y puedan reducir los niveles de concentración de polvo, que puntualmente está alcanzando los 600 ug/m(3) (La WHO recomienda que el promedio diario no sobrepase 50). El 'Barcelona Dust Forecast Center', perteneciente a la Agencia Estatal de Meteorología, ha alertado de las cantidades en las redes sociales, y ha informado de la población de riesgo, en este caso embarazadas, niños, ancianos y gente con enfermedades respiratorias.
Se prevé que no sea hasta el próximo 7 de febrero cuando se dispersen por completo las partículas, si bien ya a partir del miércoles las concentraciones serán muchísimo más bajas. Por el momento, hay que evitar la exposición de los grupos de riesgo a la calima. De lo contrario, las personas pueden sufrir una serie de afecciones relacionadas con ella, tales como obstrucción nasal, picor en los ojos y tos. Y si las concentraciones son excesivas, pueden aparecer broncoespasmos (dificultades serias para respirar), dolor torácico y asma. Además, pueden desencadenarse crisis de ansiedad.
Además, la calima en grandes dosis afecta a la visibilidad, así que habrá que ir con mucho ojo si cogemos el coche o nos movemos por la ciudad. Se espera que en esta ocasión se reduzca a 3 o 4 kilómetros.
Frente a esto, se recomienda mantener las ventanas cerradas, utilizar mascarillas, y evitar el ejercicio al aire libre.