Hacía dos años que el nuevo puente de hielo se mantenía en pie, si bien la vez anterior estuvo ocho años. Como cada temporada, unas 6000 personas viajaron especialmente al Parque Nacional de Los Glaciares para disfrutar de uno de los parajes helados más impactantes de la historia.
Sin embargo, a pesar de que el sábado a las 8.40 se anunciara la filtración de agua que inicia el proceso de desprendimiento, la naturaleza se reservó el espectáculo para sí misma y no existen imágenes del fenómeno. No obstante, se espera que caigan pedazos de hielo en los próximos días.
En esta ocasión, la ruptura se produjo sin testigos, a diferencia de los años 2004, 2006, 2008 y 2016, que sucedió delante de centenares de turistas. La primera de este siglo fue en 2004, y llegó después de 16 años de espera y tardó en acabar de caer unas 75 horas.
La del 2006 se produjo de noche, por lo que no se pudo registrar con imágenes de calidad, pero generó un estruendo que impactó a todos los espectadores que disfrutaban del espectáculo.
En 2008 se vivió otra novedad. Esta rotura fue la primera que se produjo en invierno y en medio de una intensa nevada. Y, el más reciente, en 2016 se convirtió en un espectáculo bajo la atenta mirada de cientos de afortunados.
La de este 2018 ya se ha convertido en la más discreta, viviendo el espectacular fenómeno de la ruptura con soledad y sin posibilidad de obtener material gráfico. Ahora sólo queda esperar que haya una siguiente y ver con que nos sorprende.