Lo curioso es que ya el año hidrológico 2013-2014 se consideró "ligeramente seco" por la falta de lluvias. Frente a eso, tenemos el escenario tres años después. Las zonas más afectadas (sur de Andalucía, centro y este peninsular y Castilla y León) se han expandido hacia todo el territorio, librándose solamente el extremo norte del país. De hecho, se ha adentrado hasta el interior de Portugal, una situación que hace apenas tres años ni se atisbaba.
Esta imagen, que es el resultado de la radiación que no se absorbe por la vegetación (y que hace que, cuanto más negro, menos radiación se absorba), no necesariamente muestra la ausencia de bosques. En realidad, significa que no hay herbáceas (hierbas y matojos), es decir, arbustos que son fundamentales en los ecosistemas ya que son los que realmente nutren los suelos y evitan la erosión.
Así, las imágenes muestran un terreno mucho más árido y que está en proceso de desertifiación. Y nada tiene que ver con incendios o talas de árboles. Esto es producto de la sequía. E irá a más.
¿Cuándo va a llover?
Cada día, los meteorólogos consultan varias veces las previsiones de lluvias. Y en todas esas veces no pueden evitar llevarse las manos a la cabeza: no hay lluvias a la vista. Ninguna. Ni siquiera nubes. ¿La razón? Un sistema anticiclónico evita la entrada de cualquier frente que traiga inestabilidad a nuestro país.
Ahora, según han informado desde la AEMET, parece que a partir del día 22 de noviembre (a mediados de la semana que viene) podríamos ver llegar las primeras lluvias por un frente entrando por el Cantábrico. Sin embargo, aún es pronto para concretar. Seguiremos mirando al cielo.