El riesgo por nieve ha sido muy frecuente hace apenas unas semanas cuando, de manera casi generalizada, la península se teñía de blanco. Unas nieves que se acumulaban formando muros de hasta 7 y 8 metros de altura en diferentes puntos, nieves que cortaban carreteras y que llenaban las pistas de esquí… nieves que ahora suponen un peligro.
En la Semana Santa hemos tenido diferentes treguas, que nos han permitido ver un poquito de sol en algunos días, mientras que otros como el Jueves Santo estaban pasados por lluvias. Estos cambios de temperaturas y fenómenos han generado en algunas provincias que ahora se encuentren con riesgo por aludes, pero de tipo nieve húmeda.
¿Qué es esto de la nieve húmeda?
El riego de avalancha es mayor cuanta mayor es la presencia de agua líquida en el manto nivoso, lo que supone una pérdida de cohesión importante y una mayor facilidad de deslizamiento de las capas. Los rayos de sol derriten parte de las acumulaciones de nieve, que acompañados de las lluvias de esta anterior semana, empiezan a convertir la nieve en agua.
Esto puede generar la ruptura de los bloques de nieve, que cada vez son menos compactos, puesto que al derretirse y convertirse en agua, tienden a separarse y caer. Esta caída es la que pueda generar un peligro en diferentes provincias. En la jornada del lunes, Huesca, Barcelona, Girona, Lleida y Navarra se encuentran en aviso amarillo por posibles avalanchas con una posibilidad de entre un 40% y un 70%.