Dos sospechosos y un llavero de Primo de Rivera: así encontró la Guardia Civil las llaves del pozo en el crimen de Manzanares
La Guardia Civil tuvo que cortar el candado del pozo de riego donde escondieron el cuerpo porque los principales sospechosos aseguraron que no la tenían
Sin embargo, dos llaves de ese candado, imprescindibles para abrir meter allí el cadáver, fueron encontradas en el coche del intermediario de fincas acusado de su muerte
Las dos estaban guardadas en un llavero del líder fascista José Antonio Primo de Rivera, fundador de Falange
Lo primero que llamó la atención de los agentes el día que registraban aquella finca es que el principal sospechos de la muerte de Juan Miguel Isla, un corredor de fincas llamado Antonio Caba, trató de acceder al lugar con una pistola y un cuchillo en su coche. El arma era una Pietta Black Powder, una pistola deportiva para la que Caba tenía autorización. Los agentes se la retiraron y después le dejaron pasar a la finca. Allí, le preguntaron por el candado que daba acceso a un pozo de riego marcado con cemento.
El sospechoso negó tener las llaves, al igual que pasó con el trabajador de la finca, también presente. Ante la negativa de ambos a tener acceso a ese candado, la Guardia Civil tuvo que romper el cerrojo de la marca Standers con una cizalla para acceder al pozo. Allí encontraron el cuerpo sin vida del empresario que llevaban más de ocho meses buscando.
Comenzaron después los registros de la finca, de la casa de Caba y del coche que el intermediario de fincas utilizaba en su día a día, un BMW blanco con el que los agentes habían visto sin género de dudas al empresario asesinado y al entonces detenido. En su interior, la Guardia Civil encontró una veintena de llaves ordenadas en distintos llaveros. Todas quedaron indexadas en la causa y guardadas en distintas bolsas de pruebas para preservar cualquier resto que fuera importante para la investigación.
Un candado partido por la mitad
Días después, con la investigación ya asegurada y los principales sospechosos en prisión, los agentes revisaron las llaves que habían encontrado en el coche para confirmar si alguna de ellas casaba con el candado que daba acceso al pozo. Y hubo luz verde.
Según los informes incluidos en el caso, dos de ellas, guardadas en un llavero con la imagen del líder fascista José Antonio Primo de Rivera, abrían el citado cerrojo donde fueron hallados los restos mortales del empresario desaparecido. A juicio de los investigadores la localización de estas dos llaves en poder del intermediario es “un hecho trascendental pues viene a poner en disposición de Antonio Caba la llave que le permitía activar el mecanismo del candado que protegía el acceso al interior del pozo”.