Pablo Iglesias apunta al “narcisismo” de Yolanda Díaz en su nuevo libro y la compara con Errejón: “Se enamoró de la fama”
Asevera que la personalidad de la líder de Sumar se transformó seguramente porque nunca imaginó tener un papel "tan relevante" y con tanto "poder"
"No es muy diferente de lo que le pasó a Errejón, solo que él lo explotó en una dirección terrible", afirma en su libro 'Enemigos Íntimos'
Pablo Iglesias ve en Sumar una fórmula "perdedora" y cree que Podemos será "muy generoso" con otros partidos que quieran confluir
Pablo Iglesias, exlíder de Podemos, se ha desquitado en su nuevo libro ‘Enemigos Íntimos’ compartiendo sus reflexiones sobre figuras clave de la política actual, como Yolanda Díaz, de quien dice que “se enamoró de la fama” y tiene “inquina” por Irene Montero; Íñigo Errejón, con el que le compara para decir que él explotó su papel relevante y su poder “en una dirección terrible”; Manuela Carmena, a la que califica de ejemplo de “cuñadismo progresista”; o Pedro Sánchez, de quien asevera que “nunca ha sido de izquierdas”.
Editado por Navona, en el libro, –donde expone sus reflexiones a través de un diálogo con la politóloga Irene Zugasti–, Iglesias reserva incluso un capítulo para Yolanda Díaz, en el que rememora que tuvo mucho aprecio por la ministra de Trabajo, que era de su confianza, reconociendo que desde esa cartera ha conseguido logros importantes.
No obstante, durante el mismo también carga contra ella señalando su “narcisismo” y su evolución tras verse en una posición de poder.
La designación de Yolanda Díaz frente a Irene Montero ante el “desgaste” de Podemos
En su libro, Pablo Iglesias explica que la figura de Yolanda Díaz era la "ideal" para relevarle como nuevo referente en plena "persecución y desgaste" de Podemos en 2021 y que sería "leal" con los morados pese a traer su propio estilo. Así, reflexiona que aunque la "opción natural y con más apoyos" era Irene Montero, no era una alternativa "realista" entonces porque la reacción contra ella por ser su pareja habría sido "machista y feroz".
Sobre ello, indica que un punto de inflexión fue cuando la ministra de Trabajo participó en el acto ''Otras políticas' junto a la exalcaldesa de Barcelona Ada Colau, la líder de Más Madrid, Mónica García o la exdirigente de Compromís, Mónica Oltra, excluyendo así a Montero y la secretaria general de Podemos Ione Belarra.
Para Iglesias, si "no hubiera sido tan evidente su voluntad de destrucción a Podemos" o su "inquina" hacia Montero, que tilda de "visceral", Díaz podría haber contado con ella y Belarra para su núcleo duro y demostrar "capacidad integradora" para reconfigurar el espacio.
Pablo Iglesias asegura que “Yolanda Díaz se enamoró de la fama”
Analizando su trayectoria, el exlíder de Podemos lamenta que Yolanda Díaz no hizo "nada de eso" y opina incluso que su personalidad se transformó, seguramente porque nunca imaginó tener un papel "tan relevante" y con tanto "poder".
"No es muy diferente de lo que le pasó a Errejón, solo que él lo explotó en una dirección terrible", llega a afirmar, para aludir a la salida del exportavoz parlamentario tras denuncias por violencia sexual contra él.
Más allá, Pablo Iglesias llega a decir que "Yolanda se enamoró de la fama", cambió su forma de actuar, su imagen y su tono por una "personalidad forzada" que, durante un tiempo, "parecía que iba a ser arrolladora" y podía llevar "muy lejos" a la izquierda, "en contraste con el Iglesias enfadado y gruñón".
En ese sentido, asegura en el libro, y según recoge Europa Press, que una de las últimas veces que se vio con Díaz le advirtió que ella y Errejón eran una "construcción mediática para destruir a Podemos", aunque critica que "ya había subido a esa nube de narcisismo de la que no ha sabido bajar".
Además, acusa a la líder de Sumar de exhibir en ocasiones una "hipocresía" que "llegaba a ser esperpéntica" o que afirmara no le interesan los partidos cuando "lleva encadenando cargos políticos años y años dentro de ellos".
Igualmente, diagnostica que la estrategia de las "sonrisas" no sirve para traducir los postulados ideológicos en políticas públicas. Para ello, asevera, hay "que pelear" pero Sumar se ha dado cuenta de eso "demasiado tarde" y ahora ve "ridículo" que quieran "endurecer el discurso.
En la misma línea, y en lo referido a la actual vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, afirma que su deriva ha terminado por romperle los "nexos con la realidad" a "medida que el contraste entre la imagen pretendidamente amable hacia el exterior y la mezquindad proyectada hacia la interna se iba haciendo cada vez más patente".
Sostiene además que a Irene Montero la embajada en Chile como salida política y un "chantaje" a Podemos, añadiendo que el "fracaso político" de Díaz fue "la construcción del partido sin primarias, sin procesos, con formas autoritarias" para levantar una izquierda subalterna al PSOE, aunque ya es evidente que no funcionaba para que "gobierne con comodidad".
Pablo Iglesias no cree que Yolanda Díaz siga en política
Mirando hacia el futuro, el exlíder de Podemos afirma que "no ve a Yolanda Díaz siguiendo en política" después de todo lo ocurrido, "aunque quién sabe”. No obstante, señala que después de ser vicepresidenta ya "puede considerarse un personaje histórico con cosas que contarles a sus nietos, aunque sea desde una posición tan desgastada".
"Supongo que cuando salga y no tenga que pelear portavocías, cargos ni candidaturas, tendrá la inteligencia suficiente para que le hagan presidir una fundación de CCOO --y no un consejo de administración, ni una embajada, ni una consultora-- y vivir muy tranquila (...) Sería una salida digna y decente. Aunque quizás el PSOE le busque algo más pomposo, un puesto en la Organización Internacional del Trabajo. No la imagino otra vez como diputada rasa, o intentando presentarse de nuevo en unas listas, pero qué sabe nadie", afirma.
Pablo Iglesias también se acuerda de Manuela Carmena: “Cuñadismo progresista”
De igual modo, en su libro ‘Enemigos Íntimos’ también se refiere Pablo Iglesias a Manuela Carmena, a la que califica como una "persona conservadora", señalando que su forma de hacer política se "adelanta" al "yolandismo", que bajo su opinión desprende una "voluntad de idiotizar al electorado progresista". "Como un cuñadismo progresista hueco y superficial", espeta Iglesias.
Por otro lado, recrimina que la exalcaldesa de Madrid evidenció uno de los mayores errores políticos de Podemos que fue apostar por las confluencias municipales que en vez de construir partido, dado que desde esos espacios se apelaba a rodearse de "independientes".
"¿Adónde ha conducido eso? A la nada", enfatiza el exlíder de Podemos para diagnosticar que sin militancia ni proyecto se termina por "entregarle todo al PSOE". "De hecho, ahí acabarán buena parte de esos cuadros de la era municipalista y del experimento Sumar cuando su debilidad organizativa les agote", apostilla.
Al respecto, el exlíder de la formación morada añade incluso que no descarta un acuerdo en el que Mónica García se presente a las generales junto con el PSOE, a cambio de poder liderar ella una candidatura conjunta en Madrid". "Eso es, a fin de cuentas, lo que habrá legado el 'carmenismo' al futuro: reforzar un poquito más al PSOE", sentencia.
Pablo Iglesias afirma que “Pedro Sánchez nunca ha sido de izquierdas”
Por otro lado, en lo relativo al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, Iglesias proclama que "nunca ha sido de izquierdas" pero que las circunstancias le llevaron a asumir una serie de marcos por la "podemización" de la izquierda.
Además, apunta que tuvieron un trato cordial dentro el Gobierno pero nunca tuvieron "mucho feeling" y su impresión es que Sánchez es "impenetrable".
"Me he reunido muchas más veces con él que con José Luis Rodríguez Zapatero, y, sin embargo, jamás he tenido con el primero la conexión que tengo con el segundo", revela Iglesias.
Las palabras sobre el rey Felipe VI
De igual modo, en el libro también hace mención al rey Felipe VI, del que dice que Respecto del actual monarca, Iglesias dice que "no tiene duda" de que tiene un "compromiso político férreo" y consiste en la supervivencia de la monarquía "si manda la derecha".
Además, en él relata que viajó con el rey a Bolivia por la toma de posesión del presidente Luis Arce y allí pudo ver cómo se "desenvolvía políticamente", llegando según su versión a no dar "la palabra al Gobierno" en encuentros con mandatarios internacionales.
"Pensemos que un jefe de Estado que se sienta junto al jefe de Estado de otro país debería dar la palabra al Gobierno de su país después de unas pocas palabras de protocolo. Pero en aquella reunión no nos daba la palabra, se quedó sentado hablando con Iván Duque, el entonces presidente de Colombia, mientras nosotros estábamos callados. Recuerdo que yo miraba a la ministra de Exteriores, Arancha González Laya, como diciéndole ¿pero esto qué narices es?", relata.
"¿De qué se hablaba con Iván Duque en aquellas bilaterales? Pues de Venezuela y de la frontera colombiana. ¿Tiene el Rey que hablar de esto? Rotundamente no (...) Eso es borbonear, y yo lo he visto en directo", sentencia, para proclamar que ser monárquico hoy significa "reivindicar la corrupción como mecanismo de forma de Gobierno".
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