Caso Cerdán

Santos Cerdán, de ser el hombre fuerte de Sánchez a su ingreso en Soto del Real

El partido mostró su confianza en el exdiputado hasta la publicación del informe de la UCO que lo vinculaba con la trama. Informativos Telecinco
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Santos Cerdán, el hombre fuerte de Pedro Sánchez en el partido, ha sido enviado este lunes a prisión provisional comunicada y sin fianza por la presunta trama de cobro de comisiones a cambio de obra pública, atribuyéndole delitos de organización criminal, cohecho y tráfico de influencias.

"Es una estrategia de cacería humana", decía en el Congreso del PSOE en febrero del año pasado, poco después de salir a la luz el caso Koldo. Negaba cualquier implicación en el mismo en la comisión del Senado.

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Le preguntaron por su vinculación con Koldo y con Ábalos y los rumores sobre su presunta implicación en la trama crecían día a día. Mientras, la amenaza de un informe de la UCO en el ambiente. "Cuando salga ese supuesto informe de la UCO lo desmontaremos uno uno" , decía el secretario de organización del PSOE para salir del paso cada vez que se le preguntaba.

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La rotundidad de Cerdán se veía avalada entonces por el presidente del Gobierno. La investigación de la UCO avanzaba hasta llegar a un día clave, el 10 de junio. Ese día la Guardia Civil registra la casa de Ábalos en Valencia y hay una reunión en Moncloa después del consejo de ministros a la que acude Cerdán para estudiar cómo se responde ante las nuevas informaciones de la trama.

Esa misma noche la UCO registra la empresa Servinabar en Pamplona, presuntamente vinculada a adjudicaciones de obra irregulares, y que vinculaba presuntamente también a Santos Cerdán. El todavía número tres del PSOE evita al día siguiente el contacto con Pedro Sánchez, sabedor de que su nombre está en el disparadero y Sánchez evita defender al que todavía era su secretario general de organización.

Cuando por fin llega el informe de la UCO, Cerdán señalado, dimitió de su cargo en el partido y dejó el acta de diputado. "No debimos confiar en él", confesó Sánchez. Ya nadie confiaba en Santos Cerdán que, hasta su declaración de hoy, seguía manteniendo su inocencia.