El Gobierno de EE.UU. intenta mitigar daños causados por filtración de Wikileaks

AGENCIA EFE 30/11/2010 00:00

En su rueda de prensa diaria, el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, aseguró que la filtración a manos de la página de Internet Wikileaks representa "una violación grave de la ley y una amenaza grave para quienes desarrollan nuestra política exterior".

El presidente de EE.UU., Barack Obama, fue informado la semana pasada del alcance y la amplitud de la filtración que se preparaba.

"Es quedarse corto decir que el presidente no está contento" con la publicación de los más de 250.000 documentos diplomáticos este fin de semana, señaló el portavoz.

Aunque Obama personalmente no se ha puesto en contacto con ninguna autoridad extranjera sobre el asunto, sí lo ha hecho la secretaria de Estado, Hillary Clinton.

Gibbs indicó que la Casa Blanca se plantea varias alternativas para responder a la filtración, sin descartar la posibilidad de tomar medidas legales.

Por el momento, ya ha ordenado una revisión de cómo los departamentos gubernamentales protegen la información clasificada.

El Departamento de Estado indicó que se tomarán medidas para mejorar la supervisión de las comunicaciones diplomáticas.

Este anuncio se produce después de que el Pentágono revelara el mismo domingo medidas para impedir que se repitan filtraciones de este alcance. Entre otras medidas, se hará técnicamente imposible copiar información en lápices USB o en discos CD-ROM de los ordenadores protegidos.

"Los responsables de esta filtración, y quienes les han ayudado, son unos criminales", declaró el portavoz.

No obstante, insistió en que la filtración en sí "no impactará, ni tampoco lo permitiríamos, de manera significativa una política exterior que creemos que es la mejor" para EE.UU.

"Seguiremos, y nuestros diplomáticos seguirán haciendo avanzar cada día los intereses de nuestro país y de nuestro pueblo", manifestó Gibbs.

El portavoz de la Casa Blanca no fue el único en condenar en los términos más duros la filtración.

En una comparecencia ante la prensa, Clinton señaló, por su parte, que la filtración es un ataque no sólo "a la diplomacia de EE.UU. sino a la comunidad internacional".

"Estados Unidos condena firmemente la publicación ilegal de información clasificada, que pone la vida de personas en peligro, amenaza nuestra seguridad nacional y socava nuestros esfuerzos para trabajar con otros países", dijo la secretaria de Estado.

Wikileaks ha divulgado más de 250.000 documentos, algunos de ellos secretos, referidos principalmente a las comunicaciones del Departamento de Estado con más de 270 embajadas, consulados y misiones diplomáticas de EE.UU. en todo el mundo.

Esta revelación "no es sólo un ataque a los intereses de la política exterior estadounidense, es un ataque a la comunidad internacional", un ataque a "las alianzas y negociaciones que hay en marcha a nivel internacional" para buscar la paz y la prosperidad en el mundo, dijo Clinton.

Mientras se sucedían las declaraciones de condena a la filtración, el secretario de Justicia, Eric Holder, informó hoy de que su departamento ha abierto una investigación criminal por la filtración masiva de documentos diplomáticos por parte de Wikileaks.

Su Departamento, indicó, mantiene abierta una investigación criminal, junto con el Departamento de Defensa, para determinar las responsabilidades de la filtración.

"No puedo avanzar todavía resultados, pero la investigación criminal está en marcha", apuntó en una comparecencia ante la prensa.

La filtración ha creado un profundo dolor de cabeza en el Gobierno de EE.UU., al revelar las opiniones de los diplomáticos sobre los líderes extranjeros con los que tratan y maniobras diplomáticas estadounidenses hasta ahora desconocidas.

Entre algunas revelaciones, los documentos ponen de manifiesto los llamamientos de los países árabes para que EE.UU. haga frente al programa nuclear iraní o los tejemanejes para encontrar acomodo a los presos de Guantánamo.