El modelo social español de la última década ha decaído hasta tal punto que ya son 4,1 millones las personas que viven en exclusión social severa, 1,2 millones más que hace diez años. Las posibilidades de regresar a la situación de 2007 (antes de la crisis) son muy remotas, según el balance presentado por Cáritas y la Fundación Foessa, 'Exclusión Estructural e Integración Social'. Los resultados del estudio demuestran que vivimos en una sociedad "desligada" de nuestros derechos y obligaciones para con los demás miembros de la comunidad.
Aunque el documento completo no saldrá publicado hasta el próximo año, los datos que adelanta la organización son estremecedores: 8,6 millones de personas las que se encuentran en el espacio de la exclusión social.
Esto supone que el número de personas que se ven privadas de sus derechos políticos, económicos y sociales ha crecido un 12% a nivel global.
El informe destaca que, aunque se ha adelantado terreno en la creación de empleo -uno de los elementos principales que ayudan a la integración social-, la precariedad de los trabajos vuelve a colocar esta problemática en una situación de regresión.
Los ámbitos en los que las personas afectadas por esta marginación de la sociedad se ven más apuradas, aun teniendo un empleo, son la vivienda ( 54,1%), la salud (50%) y el consumo (24,4%). Otro apunte: de entre todos los trabajadores que viven en exclusión social solo la mitad alcanza una integración total.
Tras estos datos, la organización cuestiona el sistema de protección social para reducir la pobreza y lo califica como "insuficiente", puesto que solo un 5,1% de la población se encuentra por debajo del umbral de pobreza.
También reclama una mejora en las políticas de educación para los colectivos mas desfavorecidos, ya que es el campo que mejor puede ayudar a reducir el número de familias en exclusión social. Este año la tasa de hogares excluidos cuyo sustentador no sabe leer ni escribir (35,3%) es más de cinco veces superior a aquellos en los que cuenta con estudios universitarios (6,9%).
Asimismo, el informe alerta de que los perfiles más vulnerables son los hogares en los que conviven menores o jóvenes y aquellos en los que los adultos son parados. Como también lo son las familias numerosas, que representan el 33,3% de las personas bajo exclusión social.