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Natalia Díaz es voluntaria de Manos Unidas con tan solo 19; Miguel Montoro y Miguel Galdés no dudaron en arriesgar su propia vida para salvar a una familia holandesa durante las inundaciones de San Llorens en Mallorca; Juan Antonio Colás y María Ángeles Martín han acogido en su casa 15 huerfanos… Ciudadanos normales, con una cosa en común: viven para dar.
Este miércoles 19 de junio el Rey Felipe VI entregaba la condecoración de la Orden del Mérito Civil a 41 personas. Ingenieros, amas de casas, maestros... Gente, en definitiva, maravillosa, con unas historias dignas de ocupar portadas.
Las inundaciones de octubre de 2018 en San Llorens (Mallorca) se saldaban con el triste balance de 13 personas fallecidas. Una cifra que podría ser superior si Miguel Montoro y Miguel Galdés no se hubieran jugado su propia vida, para salvar la de otros. En concreto, la de una familia holandesa a la que el agua arrastraba hasta que ellos, con cuerdas en el cuerpo, se metieron en el cauce para rescatarlos.
Con el agua hasta el cuello, los dos condecorados consiguieron sacar a las cuatro personas del agua, entre ellos, una mujer mayor con movilidad reducida y un hombre en estado de shock. Un premio en honor a todos los héroes de la tormenta.
En el año 1979, Juan Antonio y Marián, como los conocen en su pueblo, Haro (La Rioja), acogían por primera vez a un huérfano en su casa. Desde entonces, la casa del matrimonio se ha convertido en el hogar temporal de 15 niños y niñas abandonados que ya sienten como sus propios hijos. Una familia que ha ido en aumento y que ya cuenta hasta con una tercera generación.
Con 107 años, Clotilde Veniel se ha convertido en la condecorada más mayor. A pesar de su avanzada edad, la valenciana sigue siendo voluntaria de la Asociación de Amas de Casa que ella misma fundó en su natalidad, Bicorp. Visitas a enfermos o recogida de ropa usada que le han valido la medalla de la Orden del Mérito Civil “por su contribución social de voluntariado organizaciones no gubernamentales”.
Clotilde se ha convertido en una de las grandes protagonistas del acto, ya que tanto don Felipe como doña Letizia se han mostrado muy cariñosas con ella. Además, la princesa Leonor y la infanta Sofía han tenido un bonito detalle, al acompañarla de vuelta a su asiento.
En el extremo contrario se encuentra Natalia Díaz. También voluntaria, se ha convertido en la condecorada de menor edad de este año. Natural de canarias, la joven de 19 años trabaja como ayudante en Manos Unidas en Tenerife y colabora, además, con la Red Canaria de Escuelas Solidarias, así como diversas asociaciones de la universidad.
El más emocionado de los galardonados ha sido Eugenio Baisón. El hombre no ha podido contener las lágrimas cuando Pablo Motos, presentador del acto, ha recordado las 161 veces que ha donado sangre. Lo ha hecho incluso en los momentos más duros de su vida, cuando tuvo que vivir el fallecimiento de su mujer y de su hijo. Un duro golpe que Eugenio consiguió superar, en parte, concienciando a la sociedad de la necesidad de que nunca falte sangre de todo tipo en los hospitales.
Vive en uno de los lugares más peligrosos y pobres del mundo y todo, para ayudar a los demás. Mónica de Juan representa la labor de los religiosos españoles por todo el mundo. En su caso, en cité soleil, un barrio de Puerto Príncipe, en Haití. Una vida dedicada a los más necesitados, que también ha sido galardonada.
Hace 33 años que Rosaura Campuzano Gómez, más conocida como Chaori, se incorporó a una cuadrilla forestal en Cantabria. Un paso que abriría el camino para miles de mujeres, ya que ella fue la primera. El monte se ha convertido en su modo de vida y allí ha ido ascendiendo hasta convertirse en la capataz de la cuadrilla número 202 de Cantabria.
«Chaori, no sólo es para nuestro sindicato una pieza indispensable en la lucha de los derechos laborales sino también un ejemplo para el colectivo de mujeres trabajadoras, ya que ella y unas pocas compañeras más abrieron el camino para que la presencia femenina sea una realidad en una profesión altamente masculinizada», subrayan orgullosos en un comunicado desde la sección sindical de UGT en el Gobierno de Cantabria.
Cuando hace nueve años Javier González Jara perdió la visión decidió dar un cambio a su vida y dedicarse “a las personas que más me necesitan”. Una condecoración que, además, ha recogido junto a su fiel compañero: un perro guía. Muy nervioso, ha reconocido que este reconocimiento no es solo suya.
“Todo lo que hago es posible por la ayuda continua de la ONCE, sin ellos no podría hacerlo. Esta condecoración es 50% mía y 50% de la ONCE”, ha afirmado. Además, también ha puntualizado que ayuda a personas con cáncer y con alzheimer.
En el año 1997, Jivijo Vassilev dejaba su Bulgaria natal para instalarse en España. Un ejemplo de integración y de ayuda a sus compatriotas desde su piso compartido en el barrio de Vallecas de Madrid. Además, acaba de aprobar una oposición de ingeniero electrónico en la empresa Canal de Isabel II de Madrid.
En definitiva, “protagonistas de esa España solidaria y universal”, tal y como recordaba el Rey Felipe VI. Personas que suponen “un verdadero motivo de orgullo” para todos. Son ingenieros, amas de casa, maestros… Son gente maravillosa.