Según ha podido comprobar El Comercio, el inicio de la polémica del uso de 'smartwatches' o relojes inteligentes tuvo lugar en Navidad cuando una de las docentes presenció en una clase como una alumna fotografiaba a sus compañeros. Motivo que hizo reflexionar a la maestra para ponerlo en manos del equipo directivo, y tomar una decisión conjunta para solucionarlo.
Al hacer balance de lo ocurrido, se observó que tres alumnos de 5º de Primaria poseían estos relojes. Estos dispositivos permiten hacer llamadas de emergencia, tomar fotografías y grabar vídeos. También disponde de un control remoto que puede ser activado por los padres para conocer la ubicación de su hijo y escuchar lo que sucede a su alrededor.
Con objeto de preservar la protección de datos y el derecho a la imagen, el director del centro educativo ha señalado en declaraciones a El Comercio que "no tienen nada en contra de los smartwatches infantiles, y que todo lo tecnológico tiene su lado positivo y negativo". Más que de prohibir se trata de educar, todo depende de su utilidad y manejo. Y si el año que viene cambiase la situación y le vemos aplicaciones pedagógicas, lo permitiremos, pero hoy no tiene sentido”, ha concluido el director del colegio.
De hecho, en países como Alemania, la Agencia Federal pidió su prohibición en menores de los 5 a los 12 años tras comprobar que estaban siendo usados por los padres para escuchar a los profesores.
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