La foto con Casado de la que se han borrado ya casi todos

  • En 2018 sus leales, incluida Ayuso, acompañaron a Casado hasta Génova para presentar los avales para concurrir a las primarias

  • 'Casadistas' leales como Belén Hoyo o José Ignacio Echániz le dan la espalda

  • De esa foto ya sólo le queda dos leales a Casado: García Egea y Ana Camins

Hace ya casi cuatro años de esa foto, de la que hoy ya no queda casi nadie. 2018, un jovencísimo Pablo Casado se cuela en la carrera por liderar el Partido Popular tras la moción de censura que hizo caer el Gobierno de Mariano Rajoy. Nadie creía que el por aquel entonces vicesecretario de Comunicación del PP tenía alguna posibilidad. Pero el duelo a muerte entre la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, y la secretaria general del partido, Dolores de Cospedal, propicia una carambola que le aúpa hasta la presidencia del Partido Popular.

Para llegar hasta ahí, Casado se apoyó en sus amigos de Nuevas Generaciones de toda la vida, pero también diputados veteranos. Sus amigas Belén Hoyo y una desconocida Isabel Díaz Ayuso, le acompañaron hasta Génova para llevar los avales que habían conseguido reunir en una urna. Ahí estaban también Javier Maroto, que anoche amenazó con dimitir si no se convocaba un Congreso extraordinario urgente, o el ahora portavoz adjunto parlamentario, José Ignacio Echániz, que esta mañana firmaba entre otros, una carta demoledora en la que se exigía la cabeza de Teodoro García Egea.

De esa foto en la que posaban sonrientes entrechocando sus manos, se han borrado ya Belén Hoyo, que ya ha dimitido de sus cargos orgánicos, Isabel Díaz Ayuso enfrentada a muerte con Casado y que le ha dado la puntilla política, Javier Maroto y José Ignacio Echániz. El primero en irse fue Ignacio Cosidó, aunque en su caso no fue de 'motu propio'. Casado decidió no incluirle en las listas electorales después de que se le ligara con la operación 'kitchen'.

Los que aún quedan al lado de Casado se cuentan con los dedos de una mano y aún sobra. Sólo su escudero Teodoro García Egea, al que ha mantenido contra viento y marea al frente de la secretaría general mientras se multiplicaban las voces que pedían su cabeza, y Ana Camins, la secretaria general del PP de Madrid, y que Pablo Casado pretendía poner al frente de la organización madrileña, pasando por encima de Ayuso.

Es la imagen más elocuente de la soledad en la que ha quedado sumido Pablo Casado, que ya ha tomado la decisión de presentar su dimisión. Una foto que ya está maldita.