Así ayuda un mediador a convertir las líneas rojas en verdes en la formación del nuevo Gobierno

  • Los expertos insisten en que "mediar no es lo mismo que negociar"

Los resultados de la repetición electoral del 10-N no han mejorado el complicado escenario político español para la formación de un Gobierno estable. Las llamadas al diálogo están llenas de líneas rojas y exigencias que hacen complicado el acuerdo por lo que toca buscar nuevas vías de entendimiento y una de ellas es la mediación para permitir que los políticos recuperen el consenso que tanto prestigio dio a España en el tránsito de la dictadura a la democracia.

Para José Luis Castro Ruiz, abogado especializado en procesos mediadores, "estas líneas rojas se pueden convertir en verdes en cualquier momento" y "se superan hablando, con diálogo y entendiendo y tratando de empatizar con el de enfrente".

Se trata de una vía cuya importancia el Gobierno de Pedro Sánchez conoce bien ya que el pasado mes de enero, aprobó un anteproyecto de Ley de Impulso de la Mediación para fomentar la solución de los conflictos más comunes. Una herramienta que para los expertos plantea ventajas y que ha sido utilizada en nuestro país y en el resto de la comunidad internacional de forma habitual y exitosa.

Castro Ruiz aclara que “mediar no es lo mismo que negociar, ya que la mediación es cuando hay una tercera persona, un profesional de la mediación que utiliza una serie de herramientas y técnicas que ayuda a que las dos partes por sí mismas puedan llegar a acuerdos o por lo menos intentarlo y en todo caso para abrir vías de comunicación y entendimiento superando situaciones de bloqueo.

La política en España ha tenido siempre la figura del rey como un árbitro o mediador para construir consensos pero el reto al que se enfrentan los partidos tras los resultados de la repetición electoral rebasan ampliamente las atribuciones constituciones otorgadas a la Corona.

Para Castro Ruiz, el monarca podría ser una persona indicada por su “figura de responsabilidad con conocimientos y con una personalidad muy reconocibles” pero debido a que “está a otro nivel y tiene otra categoría y otra consideración” se trataría de “encontrar a un profesional de la mediación”, un sector que en España goza de prestigio y grandes expertos.

La mediación ha sido tradicionalmente una herramienta válida para lograr grandes consensos y acuerdos allí dónde la política había fracasado. Los acuerdos de Camp David, los del Viernes Santo, o la entrega de armas de ETA en España son ejemplos de las posibilidades de esta vía de diálogo.

Pero para que esta herramienta funcione es necesario primero que los partidos políticos implicados en la búsqueda de acuerdos "acepten la intervención de un mediador de cierto prestigio y responsabilidad y sentarse con las partes que fuesen necesarias para tratar de llegar a acuerdos", asegura José Luis Castro, un proceso que requiere de un profesional caracterizado por su "neutralidad e imparcialidad y, sometido a confidencialidad en cuanto a su intervención".

Una vez llegado a este punto, ambas partes, con la ayuda del mediador, comenzarían con “una sesión informativa seguida de otra constitutiva para poder avanzar mediante reuniones rápidas en la búsqueda de acuerdos que pueden ser parciales o generales”. La cuestión, --aclara este experto-- es construir vías de diálogo y de comunicación para que las líneas rojas dejan de existir en un clima de respeto, buena fe y lealtad durante el transcurso de las conversaciones.