En tiempos de Internet educar es cada vez más complicado: Las redes sociales se convierten en referencia, muchas veces indeseables para los más jóvenes que absorben las 'enseñanzas' a golpe de clic por su cuenta y riesgo, pero sobre todo, sin filtros.
"Estamos actualizando los reglamentos de funcionamiento y organización de centros educativos para adaptarlos a la educación del siglo XXI en la cual se garantice la mayor participación de las familias en el proceso de aprendizaje de sus hijos y una mayor autonomía de decisión de los centros, como en el modelo finlandés."
Ese es el planteamiento del borrador del Reglamento de Organización y Funcionamiento de Institutos y colegios, a la espera de discutirlo con las partes implicadas en el difícil ejercicio de educar. En este la Conselleria de Educación se plantea regular "la organización y funcionamiento de los centros que imparten enseñanzas de educación secundaria obligatoria, bachillerato y formación profesional" para "adaptarlos al siglo XXI".
Afianzar los lazos entre padres y escuela convirtiendo los contactos en encuentros más cercanos y frecuentes que encuentren en las familias el apoyo al trabajo educativo. En esa búsqueda el borrador contempla la realización de "una reunión trimestral como mínimo con los padres o madres y la necesidad de informar el alumnado y las familias de los criterios de evaluación, las pruebas a realizar, los objetivos y los contenidos, el periodo de evaluación, la programación y los derechos y deberes del alumnado."
"No es un contrato", aclaran desde la Concellería de Educación. "Es una carta de compromiso". Lo definen así, al documento que cada centro tiene que formular con las familias. En este documento quedará plasmados" los compromisos que cada familia y el centro acuerdan con el objetivo de "garantizar la cooperación entre las acciones educativas de las familias y el centro educativo en uno entorno a convivencia, respeto y responsabilidad".