El Gobierno filipino ha anunciado este viernes la imposición de nuevas restricciones para hacer frente a la pandemia de COVID-19 en la capital del país, Manila, y su área metropolitana, ante el repunte de contagios y la transmisión de la variante ómicron del coronavirus.
La región, en la que residen unas 13 millones de personas, pasará a estar bajo un mayor nivel de alerta a partir del lunes y hasta el 15 de enero, tal y como ha confirmado el portavoz de la Presidencia, Karlo Nograles.
"Podemos ver cómo en los últimos días los casos de coronavirus han aumentado de forma exponencial debido a las actividades realizadas con motivo de las vacaciones de Navidad", ha explicado antes de matizar que a esto se ha sumado la detección a nivel local de la variante ómicron, que tiene "un alto nivel de transmisión".
El Ministerio de Sanidad ha logrado notificar por el momento una decena de casos de esta variante en el país, de los cuales tres corresponderían a contagios locales, según informaciones del portal de noticias Rappler.
El nuevo nivel de alerta implica una reducción de los contactos, la suspensión de las clases presenciales y de los eventos deportivos o culturales, entre otras cuestiones. Asimismo, el aforo de los cines, restaurantes y comercios se reducirá al 30 por ciento en interiores y al 50 por ciento en exteriores.
Filipinas ha registrado 2.961 casos de coronavirus en el último día, según datos del Gobierno, si bien a cifra total de contagios asciende a 1,8 millones con más de 51.000 fallecidos.