¿Se heredan las altas capacidades de padres a hijos? Hablamos con una experta

Monique de Kermadec, autora del libro 'El adulto superdotado', aclara a Uppers si el CI puede aumentar en un contexto óptimo
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¿Las personas con altas capacidades nacen o se hacen? Es una de esas preguntas que aparecen con frecuencia en las reuniones familiares, en los encuentros de antiguos alumnos de un colegio o cuando algún niño o niña muestra signos de ser especialmente inteligente ya desde temprana edad. Inmediatamente vienen a la cabeza las incontables ocasiones en las que escuchamos eso de “lo ha heredado de su padre” (refiriéndose al carácter de una persona) o “ha salido lista como su madre”, atribuyendo a la genética el cociente intelectual de alguien, como quien habla de sus ojos verdes o de su hoyuelo en la barbilla.
Y lo cierto es que cuando un niño o niña muestra una inteligencia fuera de lo común, muchos padres se preguntan si se trata de una chispa heredada de alguno de los dos o de algo cultivado en el hogar. En Uppers hemos hablado con la psicóloga clínica y psicoanalista Monique de Kermadec, con más de 25 años de experiencia ayudando a las personas a comprender y gestionar las altas capacidades, para que nos aclare si se heredan o, por el contrario, son fruto de las adquisiciones de un entorno propicio para aprender de manera precoz.
Dos escuelas de pensamiento discutían sobre el origen de la superdotación. Una creía que este alto potencial se transmitía genéticamente, la otra era partidaria de la adquisición de estas aptitudes
El adulto con altas capacidades
En su libro 'El adulto superdotado', la experta relata el caso de una paciente que le envió una carta en la que le cuenta que aprendió a leer sola con cuatro años y que le enseñó a leer a su hermana y a sus hermanos mayores. Añade que su hija aprendió a leer sola, también con cuatro años, y que le parece que a su hijo “tampoco le va muy bien”.
Esto último lo dice en el contexto de que las altas capacidades la hacen infeliz ya que, desde siempre, asegura haber tenido la impresión de no encajar en ninguna parte, que es precisamente el motivo que llevó a Monique a escribir el libro: ayudar a “esos adultos a los que su sensación de ser diferentes, fruto de una inteligencia a la vez superior y distinta, ha condenado a la marginación”.
Pero, aplaudidos por sus proezas o condenados al fracaso más absoluto (“el destino que se encuentran estos niños al llegar a la edad adulta es muy variado”, asegura Monique), lo que nos atañe en este artículo es si las altas capacidades se heredan o no y la experta lo aclara: es una “combinación de aptitudes heredadas genéticamente y adquisiciones realizadas a lo largo de los años”.
Combinación de genética y entorno
Según Monique de Kermadec, “hubo un tiempo en que dos escuelas de pensamiento discutían sobre el origen de la superdotación. Una creía que este alto potencial se transmitía genéticamente, la otra era partidaria de la adquisición de estas aptitudes”, detalla.
“Hoy se considera que la superdotación se debe a una combinación de aptitudes heredadas genéticamente y adquisiciones realizadas a lo largo de los años”, y añade: “Nosotros seguimos esperando pruebas científicas que nos permitan tomar una decisión”.
Algunos estudios han demostrado que en un contexto culturalmente rico que fomente un funcionamiento intelectual óptimo “el CI podría aumentar”, asegura la psicoanalista, por tanto, concluye, hay algo de genética, sí, pero también mucho más en juego.