El aspecto de nuestra lengua, un signo de alarma de que algo va mal: "Hay colores que nos deben preocupar"
Hablamos con Inmaculada Borrego, experta en digestión y autora del libro 'Lo que tu mente calla, tu intestino lo grita', sobre la salud intestinal
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Inmaculada Borrego conoce de primera mano lo importante que es la salud digestiva. Nuestra barrera intestinal es un sistema de defensas que impide el paso de sustancias nocivas a nuestro organismo, como bacterias, toxinas y antígenos y, por ello, juega un papel crucial en la salud integral. Por eso, cuando falla o se degrada, puede generar problemas como la colitis ulcerosa que ella sufrió y que le llevó a convertirse en una experta de la salud digestiva. En su libro 'Lo que tu mente calla, tu intestino lo grita' (de Zenith) no sólo indaga en los misterios del tracto intestinal - cuya superficie es comparable a la de un apartamento de 30 o 40 metros cuadrados - sino también en su "estrecha relación" con el espectro emocional.
"La microbiota es un ecosistema gigantesco dentro de ti. Billones de microorganismos que no solo te ayudan a digerir, sino que influyen en tu inmunidad, tu energía y hasta en cómo te sientes. No están de adorno, no trabajan para ti, viven contigo. Si está equilibrada, te protege, te da energía, regula tu estado de ánimo, te ayuda a digerir y a defenderte. Pero si la vas desgastando —viviendo rápido, durmiendo poco, comiendo lo primero que pillas, sin moverte en todo el día, tomando medicación o viviendo pegado al móvil 24/7- ese ecosistema se rompe. Y tú, con él", ha recordado en una entrevista con la web de Informativos Telecinco.
"La lengua es como una radiografía de lo que pasa dentro"
Por ello, esta especialista recomienda 'vigilar' nuestro bienestar digestivo, con pequeños actos como observar cambios en las heces o en el aspecto de la lengua. "La lengua es como una radiografía en miniatura de lo que pasa dentro. Un mapa que, si te fijas cada mañana, te da pistas. Si está muy blanca, puede ser que haya hongos —como candidiasis— o que estés acumulando más de lo que toca. Si la ves muy roja, como brillante o encendida, puede estar hablándote de inflamación o de alguna carencia, tipo hierro o vitaminas. Las grietas profundas no siempre son un problema, pero si hay muchas, pueden retener restos. Una capa espesa —la famosa saburra, que es una capa blanquecina— puede indicar digestiones lentas. Y si los bordes están muy marcados, como con la marca de los dientes, también puede haber tensión o retención", explica.
La lengua puede reflejar desequilibrios como disbiosis intestinal, digestiones lentas, inflamación crónica o sobrecarga hepática
Aunque, evidentemente, la observación de la lengua no puede darnos un diagnóstico cerrado, sí que da señales. Y muchas veces, antes de que los síntomas se vuelvan más evidentes: "Puede reflejar desequilibrios como disbiosis intestinal, digestiones lentas, inflamación crónica, sobrecarga hepática o incluso un exceso de toxinas que el cuerpo no está sabiendo eliminar. No es la única herramienta, pero sí una más. Y cuando sabes mirar, te ayuda a conectar piezas. En la medicina china llevan siglos observándola. Y hoy, cada vez somos más los profesionales que la usamos como una forma más de escuchar al cuerpo. Porque hay cosas que el cuerpo no te dice con palabras, pero te las muestra igual", concluye la experta.
Para cuidar correctamente nuestra salud digestiva, Inmaculada Borrego advierte también que "no es suficiente con tomar probióticos", como pueda pensarse a nivel popular. Según su propia tesis, la microbiota no sólo responde a lo que se come: "El estrés sostenido, las emociones reprimidas, o incluso la falta de relaciones con personas que quieres, afectan directamente a ese ecosistema", señala. Por ello, en su libro establece un recorrido de 28 días en los que reconectar con la buena digestión.