Ni los 15.000 euros que solicitaba la Fiscalía, ni los 87.000 que le reclamaba la acusación particular. Finalmente, el puñetazo que un taxista de Vitoria asestó a un compañero de profesión, durante una discusión en plena calle, le costará al agresor 30.408 euros y dos meses de trabajos comunitarios.
La Audiencia Provincial de Álava ha condenado a este taxista por un delito de lesiones después de que agresor y víctima se encontraran casualmente en la Avenida Gasteiz a bordo de sus respectivos taxis. Unas calles más adelante, ambos se bajaron del coche y el taxista ahora condenado admite que le pegó a su compañero un puñetazo en el ojo derecho.
La víctima alegó durante el juicio que, los médicos le han diagnosticado un trastorno ocular por el que ha perdido parte de la visión de un ojo. Unas lesiones que le han producido una reducción de ingresos, ya que le impiden trabajar las mismas horas que hacía antes del incidente.
Lo que ha quedado probado durante la vista es que, según valoran los magistrados, necesitó más de un año de medicación para recuperar la visión del ojo derecho y que, aunque ha perdido parte de la agudeza visual, ya puede hacer casi vida normal.
Lo cierto es que la víctima en este procedimiento judicial también estaba acusada de un delito de lesiones por parte del condenado, ya que tras el primer puñetazo se produjo, al parecer, un intercambio de golpes entre ambos taxistas. Sin embargo, El Correo apunta a que dos testigos desmontaron esa versión durante la vista.
El ahora condenado ya había abonado más de 11.100 euros antes del pasado 4 de marzo, cuando arrancó el juicio, como muestra de arrepentimiento, ya que admitió, en todo momento, haber pegado a su colega de profesión y pidió perdón por lo ocurrido.
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