Un trabajo de alto riesgo: los ertzainas también sufren choques, vueltas de campana y otros accidentes mientras patrullan

BilbaoEl factor riesgo es inherente a determinadas profesiones, una de ellas la de los cuerpos y fuerzas de seguridad. Los agentes se exponen a situaciones complejas desde el momento en el que suben al coche patrulla para responder a un aviso. Se exponen a todo tipo de peligros, pero también a accidentes de tráfico, por ejemplo, en persecuciones policiales o en emergencias, que requieren una intervención rápida, y que les obligan a elevar la velocidad al volante para llegar lo antes posible al lugar en el que se está cometiendo un presunto delito o hay una persona en peligro. De ahí, que, en ocasiones, sean los propios policías los que acaban siendo víctimas de siniestros más o menos graves.

En Euskadi, en los últimos meses se han producido al menos dos casos. El último, este mismo fin de semana, cuatro ertzainas acabaron su jornada laboral en un centro sanitario al sufrir un accidente en Bilbao durante una intervención policial. Dos patrullas se dirigían a Indautxu para actuar en un caso de violencia machista cuando en la calle General Concha de la capital vizcaína sufrieron un accidente.

Mientras en Indautxu, una primera patrulla trataba de detener al agresor que estaba golpeando a su mujer y que se resistía de forma violenta a ser arrestado, a poca distancia los compañeros que acudían a reforzar esta intervención se veían implicados en un siniestro en el que cuatro ertzainas resultaron heridos y tuvieron que ser trasladados a centros sanitarios, al chocar sus coches entre sí.

También la mujer, víctima de la agresión machista, fue trasladada al Hospital de Basurto para recibir atención sanitaria. El agresor, un joven de 29 años, tras ser reducido acabó en comisaría, acusado de un delito de violencia de género.

Milagrosamente ilesos tras volcar

Hace cinco meses, un coche de la Ertzaintza acabó volcando durante una persecución policial en los alrededores del municipio vizcaíno de Durango. La imagen del estado en el que quedó el coche patrulla, completamente del revés y apoyado sobre el techo, hacía presagiar una tragedia. Sin embargo, por suerte, los dos agentes que circulaban dentro en el momento en el que el vehículo dio la vuelta de campana, solo sufrieron heridas leves y pudieron acudir por su propio pie para recibir atención sanitaria.

Menos suerte tuvo el 30 de diciembre de 2020, el ertzaina Iñigo Etxarri ‘Tiri’ que conducía el coche patrulla que impactó contra la barandilla del puente de María Cristina, en Donostia, y cayó al río Urumea. Etxarri, de 47 años, no pudo escapar del coche y murió ahogado, mientras que el compañero que iba con él en el patrulla en el momento del accidente, un agente en prácticas de 33 años, logró escapar in extremis.

Ambos patrullaban por la zona peatonal del túnel entre Egia y el paseo del Urumea a las 03.30 horas de la madrugada de la víspera de Nochevieja de hace cinco años, cuando, según el informe que se realizó, el coche atravesó el paso subterráneo, subió una rampa y, en lugar de girar a la izquierda e incorporarse a la carretera que conduce al centro de la ciudad, chocó contra la barandilla del puente de María Cristina. La poca visibilidad, la marea alta y el frío del agua agravaron la situación”.

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