Las vaquillas podrían tener los días contados en las fiestas de Getxo

BilbaoNerea es vecina de Getxo y no ha dudado en grabar un vídeo y subirlo a Instagram para reclamar poner fin a la ‘Sokamuturra’, un espectáculo popular taurino en el que se suelta una vaca o novillo en un recinto cerrado o en calles delimitadas, sujetándola con una cuerda para limitar su movimiento.

Esta vizcaína quiere que el próximo mes de agosto, durante las fiestas del Puerto Viejo de Algorta, no haya vaquillas en Getxo y que esta tradición sea "sustituida por una actividad respetuosa con los animales”. En la grabación, esta getxotarra relata como “estas pobres vaquillas vienen desde muy lejos en un camión, en un transporte inhumano, para luego ser la diversión durante horas de las cuadrillas de las fiestas del Puerto”.

Nerea se muestra convencida de que “tenemos otras maneras de divertirnos. Getxo tiene que avanzar”. Así finaliza su alegato haciendo un llamamiento a unirse a la plataforma ‘Sokamuturra Ez’, que desde 2024 lucha para que las vaquillas desaparezcan de las fiestas del Puerto Viejo y que no descarta acudir a la justicia para lograr su propósito: "Reemplazar este espectáculo por una alternativa ética, que respete tanto a los animales como nuestras tradiciones".

Más de 7.500 firmas

Desde esta asociación, que ha logrado el respaldo de más de 7.500 firmas, exigen al Ayuntamiento de Getxo que erradique la ‘sokamuturra’ del programa festivo y amenaza con acudir a los tribunales, en caso de no hacerlo. Mientras espera a que el Consistorio se pronuncie, esta plataforma ha presentado una reclamación formal al considerar que, en 2024, se cometieron “posibles incumplimientos legales y maltrato animal”: "El 11 de agosto de 2024, día de máximo calor en años, las vaquillas permanecieron dos horas dentro de un camión al sol, a 36 grados, y otras dos horas más sometidas al acoso constante de los participantes", denuncian.

Ane Milla es otra de las vizcaínas que apuesta por erradicar de las fiestas esta práctica porque “las tradiciones, por muy nuestras que sean, nunca deberían ir por encima del respeto”. Así, este colectivo insiste en que "detrás de esta tradición hay un sufrimiento animal inaceptable" y argumentan que "estas vaquillas jóvenes, casi bebés, son separadas de su entorno, transportadas en camión en condiciones estresantes, con los cuernos recortados y vendadas para impedirles ver". Tras el viaje, "esperan dentro de un camión con los ojos vendados y sueltan a la vaquilla atada a una cuerda en una playa donde es sometida a gritos, provocaciones diversas y persecuciones por decenas de jóvenes, muchos bajo los efectos del alcohol".

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