Robos

Insólito robo en Álava: desaparece una campana de dos toneladas del Santuario de Oro

La Ertzaintza investiga el robo de la más pequeña de las dos campanas de bronce de la ermita.. Redacción Euskadi
Compartir

Vitoria-GasteizAún sorprendidos por el robo de película que sufrió el pasado domingo el museo del Louvre de París, otro robo mantiene en vilo a Álava. Ni tan mediático ni tan descarado como el parisino, pero sí de lo más audaz porque el botín pesaba alrededor de dos toneladas.

Se trata de una de las dos campanas del Santuario de Oro, en concreto, de la más pequeña, la que, para sorpresa de propios y extraños, falta de esta ermita de gran valor histórico, situada en las faldas del monte Gorbea, desde hace unos días. Los robos en iglesias y recintos religiosos se repiten en otros puntos del país.

PUEDE INTERESARTE

En este caso, el crimen se perpetró solo unas horas después del gran golpe parisino y al contrario que aquel, realizado a plena luz del día, en el que nos atañe, se aprovechó la caída de la noche en el valle de Zuia para llevarlo a cabo. Se cree que ocurrió la noche del lunes al martes.

Modus operandi

La pericia demostrada por los ladrones del Louvre, que en ocho minutos se llevaron ocho valiosas piezas, no desmerece de la de quienes actuaron en el Santuario de Oro. Es casi seguro, que las prisas de los primeros no fueran tan acuciantes en el caso vasco, las dimensiones y el peso del botín hacen creer que la sustracción requirió de planificación previa, tiempo, habilidad y medios. Eso sí, el enclave del Santuario, en la cima de un monte y con el valle de Zuia y la Llanada alavesa a sus pies, les permitió perpetrar el robo sin testigos.

PUEDE INTERESARTE

Los investigadores sospechan que, al menos, hay una similitud entre ambos robos: la utilización de una grúa para acceder al botín y en el caso de Álava para poder transportarlo en su huida. En París entraron al Louvre gracias a un camión equipado con una escalera extensible y en el Santuario de Oro se baraja que para bajar desde el campanario la pesada campana de bronce y que no haya rastros en las inmediaciones, tal vez, emplearon una grúa o polea. La única evidencia de que los ladrones han pasado por allí es que la campana falta y que hay una verja forzada. Por lo demás, nada.

La Ertzaintza investiga este sorprende robo, tras la denuncia presentada desde la Junta rectora del santuario, donde ha cundido el desasosiego ante la idea de que regresen a por la otra campana que aún sigue en su sitio. Recuperar la campana robada, la más pequeña de las dos que había en el santuario, no parece sencillo, ya que los ladrones, probablemente, la fundirán.