La puntería de Ager Solabarrieta, el tirador invidente vasco que hace diana "apuntando con el oído" y no para de ganar medallas
Junto a su guía Maite Badiola logró el oro en las modalidades de tiro: 'tendido' y 'pie'
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BilbaoEl vizcaíno Ager Solabarrieta empuña su carabina de aire comprimido, apunta y a 10 metros de distancia dispara con acierto a una diana cuyo centro mide, “como la cabeza de una aguja”, 0,5 milímetros. Y lo hace, sin ver, porque este tirador es invidente: “Apunto con el oído”, precisa el que es ya bicampeón nacional de tiro. Un título que ha revalidado recientemente en el Campeonato de España de tiro con carabina organizado la Federación Española de Deportes para Ciegos (FEDC).
“Es un deporte de puntería y, por tanto, tan visual que resulta impensable que lo pueda practicar un ciego”, reconoce Ager, que comenzó a perder la vista con 16 años como consecuencia de una retinosis pigmentaria. La proeza la ha logrado junto a Maite Badiola, su pareja y guía. “Ella es mi todo, sin ella no podría practicar el tiro”, admite el de Ondarroa. El tirador vasco y su guía lograron el primer puesto en las dos modalidades de tendido y pie de esta prueba en el campeonato celebrado en Alicante este mismo mes de noviembre.
Maite se encarga “de decirme cosas, tan básicas, como el puesto desde el que tengo que tirar que, aunque resulto increíble, suele aparecer impreso en un folio” a preparar la carabina de aire comprimido, con la que después tira Ager y que pesa 5, 3 kilos, de las luces, de llevar el trípode y de “encararme a la diana”.
Una vez en su puesto, una luz infrarroja led, que se coloca en la diana, envía una señal lumínica y una cámara con un software se encarga de transformar esa luz en sonido y “con ese sonido, que se agudiza cuanto más al centro, yo voy buscando el punto exacto al que tengo que disparar”. Maite le ayuda calibrar la mira y Ager, con la carabina apoyada en el mentón y pertrechado con las reglamentarias gafas opacas o antifaces, hace su magia, fruto de años de entrenamiento y de su destreza para la precisión.
Perdió la vista a los 16 años
A sus 53 años, Ager Solabarrieta ya ha pasado, casi dos tercios de su vida, privado del sentido de la vista, por culpa de una retinosis pigmentaria que comenzó a robársela cuando solo era un chaval. Sin embargo, aquellos primeros 16 años de vida con vista le permiten hoy recrear en su mente los tonos ocres, naranjas y amarillos de las viñas cuando Maite, su mujer, “de camino a La Rioja, me describe el color de otoño de las viñas”.
Actualmente, “veo poquito y mal”, puntualiza este vecino del municipio costero de Ondarroa, al que perder la vista no le ha hecho perder la ganas de superarse. Desde que descubrió esta disciplina deportiva en 2005, gracias a un vecino de Markina, y comenzó a competir 10 años después, no ha parado de cosechar medallas. La última, revalidar el título nacional, y un mes antes se proclamó campeón de Europa de Tiro con Carabina 10 m, tendido en Croacia. Aunque admite que practicarlo “es caro”, necesita de una lonja para entrenar, el material y además los viajes, todo ellos “sin espónsores, ya me gustaría”. Entre los próximos “retos gordos” de este matrimonio y tándem vizcaíno está viajar en julio de 2026 a Serbia y en septiembre, “si todo va bien”, al Mundial que se celebrará en Corea del Sur.