Un nuevo accidente se ha sumado a la treintena de casos que Samsung tiene que hacer frente desde hace semanas. Y es que su último y más esperado modelo, el Galaxy Note 7, todavía sigue produciendo explosiones, a pesar de haber pedido a sus dueños que los devolvieran. El motivo es que en determinadas ocasiones sus baterias se sobrecalientan de tal modo que acaban incendiándose.
El último incidente es el más sensible hasta la fecha, ya que se ha visto implicado un menor. Ocurrió el pasado sábado cuando un pequeño neoyorquino de 6 años, residente en Brooklyn, sufrió quemaduras en su cuerpo mientras manipulaba el teléfono. Según ha explicado su abuela, Linda Lewis, al New York Post su nieto "estaba viendo videos en el teléfono cuando la batería explotó".
"Inmediatamene después las alarmas de la casa se activaron", prosigue relatando Lewis. A los pocos minutos llegaron las autoridades sanitarias que le transportaron al Centro Médico Downstate. Por fortuna, las consecuencias del 'explosivo' infortunio no fueron graves y el niño ya se encuentra en casa. Aún así, en palabras de su abuela: "él ya no quiere ver, y mucho menos acercarse, a ningún teléfono".