El local de Vigo denunciará a Borja Escalona: “Han sido días muy duros pero llegaremos hasta el final”

  • La dueña del establecimiento quiere promover una ley ante la indefensión que sufren ante este tipo de comportamientos

  • El local lleva varios días cerrado y este martes abrirá de nuevo sus puertas

  • El establecimiento recibió cientos de mensajes llegados desde diferentes partes del mundo mostrando su apoyo y solidaridad

Son días difíciles para Ana Terzado. Su local de empanadillas en Vigo, A Tapa do Barril se viralizó tras el lamentable vídeo subido por el youtuber Borja Escalona, en el que intentaba marcharse sin pagar la empanadilla que había consumido. Lejos de calmarse, la historia sigue de actualidad porque Ana no la quiere dejar pasar. “Al principio preferí no hablar y que se quedara ahí”. Sin embargo los últimos vídeos subidos por el creador de contenidos en los que aseguraba que todo estaba pactado, han provocado que la dueña de este negocio familiar haya estallado y vaya hasta el final. “No le deseo esta situación ni a mi peor enemigo pero no hay vuelta atrás. Voy a contactar con el mejor bufete de abogados del país para denunciar a este chico y quiero que se siente jurisprudencia para que nadie pase por lo que yo estoy pasando. No puedo entender que se permita hacer este daño y desprestigio”, relata Ana a través del teléfono.

“Jamás pensé que una empanadilla pudiera viralizarnos de esta manera”, le reconocía la propia Ana a una amiga. “Una de las cosas que me parece más injusta es que las reseñas queden ahí sin contrastar. No se puede permitir esa impunidad. ¿Qué aporta el canal que tiene? ¿Qué mensaje lanza a los jóvenes? Jamás había oído hablar sobre esta persona.”. Han sido días muy complicados pero Ana intenta quedarse con lo positivo. “Me gustaría dejar claro que hemos recibido infinidad de cariño a través de las redes. Nos ha contactado gente de Chile, Perú, EEUU para transmitirnos su apoyo. También influencers de verdad y con muchos seguidores se pusieron a nuestra disposición”.

Ana se ha sentido indefensa ante un comportamiento que no es capaz de comprender. El día que sucedió todo ella llevaba doce horas trabajando en el otro local. Al terminar, su móvil empezó a echar humo ante la cantidad de reseñas negativas. “Me sorprendí. No entendía nada. No habíamos tenido ningún problema en el local. Llamé al otro y Rebeca me contó lo sucedido”. Rebeca es otra de las protagonistas de esta historia. Ella tuvo que plantar cara al youtuber y exigirle el pago de la empanadilla. Ana nos asegura que “Rebeca estuvo dos días sin dormir. Estaba preocupada por las reseñas o por pensar que no había gestionado bien la situación. Cuando me enteré la apoyé al cien por cien con su reacción. Fue admirable”, sentencia.

Toda una vida de cara al público

Ana empezó a trabajar en el negocio familiar con 15 años. Ahora tiene 47 y sigue con el entusiasmo y dedicación del primer día. Ella se define como una persona analógica, sin redes sociales y fiel a su trabajo y familia. “Nunca pensé que esto pudiera pasarme a mí”, reflexiona una y otra vez durante la conversación.

El youtuber insiste en que todo estaba pactado. Esa fue la gota que colmó el vaso de la paciencia de Ana. “Es mentira. Pongo mi móvil y ordenador a disposición de la policía para que lo comprueben. No conocía a este chico y jamás había oído hablar de él. Tengo amigas con miles de seguidores en redes y jamás les he pedido una promoción. Además tengo el local cerrado estos días para que mis empleados concilien. ¿Qué sentido tendría buscar promoción y tener cerrado el local durante uno de los puentes con más afluencia de gente en Vigo”.

Impulsar una ley contra este tipo de comportamientos

Ana se ha puesto manos a la obra para que las cosas cambien. Su intención es llegar hasta el final. “Quiero que esto sirva para promover una ley que no permita que se suban este tipo de contenidos. Y que se borren en cuanto salgan porque son una falta de respeto. ¿Qué sociedad estamos creando? ¿Cómo se puede permitir esto? Puedes arruinar la vida a la gente”.

Tras varios días con el local cerrado, A Tapa do Barril volverá este martes a servir sus conocidas empanadillas. Tras toda la tormenta mediática, Ana tiene algo de temor a la posibilidad de que “alguno de mis empleados sufre algún tipo de acoso de algún seguidor de este chico, aunque tengo pensado hablar con el comisario de la Policía Nacional para que estén avisados por si alguien trata de molestar a mis trabajadores”.

La historia puede servir para reflexionar sobre el mal uso de las redes y la influencia que pueden tener en los más jóvenes.