El informe de la Xunta dice que los pellets no son tóxicos y que son aptos para el uso alimentario

La Xunta de Galicia niega la mayor y defiende que los pellets que aparecieron en sus costas no son tóxicos. No obstante, la Fiscalía de Medio Ambiente cree que podrían serlo y ha abierto diligencias para averiguar cómo seis contenedores del barco Tuconao, uno de ellos lleno de estos microplásticos, acabaron en el mar frente a Viana do Castelo, Portugal.

Mientras se esperan los resultados de la investigación de la Fiscalía hay un amplio acuerdo científico de que los pellets son “contaminantes del medio marino”, pero los expertos no ven un problema de toxicidad en ellos. En cualquier caso, es un problema global para el que buscan soluciones desde la Unión Europea.

La Xunta insiste en que los pellets no son tóxicos

Los sacos que inundan las costas del norte de España están etiquetados como un estabilizador de rayos ultravioleta. Hablamos de un compuesto químico que se utiliza en la industria del plástico para que los productos elaborados sean resistentes a los rayos del sol. Según el análisis encargado por la Xunta estas bolitas están formadas por una base plástica, cerca del 90% es polietileno y, el resto es el aditivo ultravioleta.

El informe de la Xunta asegura que el material no es peligroso y que todos los riesgos quedan excluidos . Incluso hace referencia a que es apto para uso alimentario ya que se utiliza para fabricar envases y esta es la idea que ha trasmitido también la portavoz del gobierno vasco, que dice que la toxicidad es nula.

La Unión Europea controlará a quienes fabriquen estos materiales

La Unión Europea aprobará un reglamento para controlar a quienes fabrican estos materiales tan dañinos para los ecosistemas. La Comisión Europea puso la lupa sobre el vertido involuntario de microplásticos como estos pellets el pasado 16 de octubre. Se estudió en Bruselas una propuesta para que los operadores que los transporten extremasen la precaución para evitar pérdidas que conllevaran a potenciales vertidos.

Entonces se explicó que el motivo para reducir las fugas de estos gránulos de plásticos es que son perjudiciales para el medio ambiente, donde permanecen indefinidamente e incluso se precisó el riesgo que contrae para el ser humano. Se estima, tal y como se expuso entonces, que se pierden involuntariamente entre 52.000 y 184.000 toneladas de estos pellets cada año durante toda la cadena de distribución.

El acuerdo científico sostiene que los pellets son, sin duda, “contaminantes”. Según la definición del diccionario de la RAE, algo contaminante es aquello que “altera nocivamente la pureza o las condiciones normales de una cosa o un medio por agentes químicos o físicos”. Y es que hablamos de un compuesto químico que se utiliza en la industria del plástico para que los productos elaborados sean resistentes a los rayos del sol.

¿Cómo y cuándo se produce la contaminación con estos pellets?

La contaminación, entendida como la “alteración nociva de la pureza o condiciones de un medio”, según la RAE, es principalmente visual cuando los pellets caen al agua, alterando notablemente el ecosistema, como se ha observado en las costas gallegas. Los biólogos marinos explican que, al flotar en el agua, muchos organismos vivos, como peces o tortugas, los confunden con huevos de otros animales y los ingieren, afectando de manera significativa su estilo de vida.

Posteriormente, se producen impactos a medio y largo plazo. Los microplásticos presentes en ríos, lagos y el mar se disuelven progresivamente, volviéndose cada vez más pequeños debido al efecto erosivo del agua y las piedras en los cauces o el fondo del mar. Según los expertos estos organismos marinos a través de la boca, branquias y otros conductos, afectando a aves, peces, mamíferos e incluso a las plantas marinas.

Marinella Farré, investigadora del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha pedido retirarlos “lo antes posible”. “Es una carrera a contrarreloj”, ha asegurado tras insistir en la necesidad de evitar “un mayor impacto”.

 Pese a que el PSOE ha acusado al PP de un nuevo Prestige, la experta ha asegurado que no es comparable. Mientras, la Xunta de Galicia "pide calma". "La marea blanca supone una amenaza terrible a los ecosistemas y va a durar años", han subrayado los ecologistas sobre los pellets que proceden del buque ‘Toconao’.

La investigadora del CSIC explica que estos pellets son como "bolitas de plástico" que se "utilizan como materia prima para hacer diferentes piezas de plástico" para su uso. Los llegados a las costas españolas son, en concreto, de unos cinco milímetros y cada uno de ellos podría tardar en desaparecer del medio marino "entre 50 y 70 años", ha alertado. Aunque no se puede saber a ciencia cierta. Al tratarse de una materia prima, estos pellets no deberían de tener grandes concentraciones de elementos tóxicos, por lo que ha instado a no ser "alarmistas en este sentido". 

Marinella Farré señala que existe "peligro" en que peces grandes coman estos pellets y que mueran "atragantados o con un tapón en el estómago". Aunque ha avisado que la pesca se verá afectada, ha destacado que “no es muy probable” que sean muchos los peces que mueran por este vertido, al igual que con las aves. En cuanto a la salud humana, ha aclarado que no hay peligro porque "el estómago de los peces grandes normalmente no se come".

¿Qué dicen los estudios sobre la presencia de estos microplásticos en humanos?

Las comunidades del norte están prevenidas porque estas bolitas arrastradas por las mareas ya han llegado a Asturias y Cantabria, pero las asociaciones llevan años denunciando que estos microplásticos invaden las aguas de todo el mundo. A partir de ese momento, según un informe del programa de Naciones Unidas para el medio ambiente, los microplásticos provocan efectos tanto tóxicos como mecánicos.

Hay numerosos estudios científicos que indican con contundencia que los microplásticos ya han llegado a los humanos. En 2018, científicos austriacos encontraron microplásticos en heces humanas, mientras que en España se hallaron restos de plástico en los bronquios de varias personas analizadas.

Con respecto a los efectos en la salud humana, el informe de la ONU destaca que las sustancias químicas presentes en los microplásticos varían según la empresa que los produce. El informe hace un llamado a analizarlos y establecer una regulación internacional sobre su fabricación y transporte.

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