“Estoy con unos clientes, ¿puedo llamarles en 10 minutos?": la surrealista petición de un encausado durante su juicio en Ourense

Imagen de archivo tomada en un juzgado. PEXELS
  • El hombre estaba declarando por videollamada desde su lugar de trabajo en Cataluña

  • Le pidió a la jueza si podía interrumpir la declaración, pero recibió una rotunda negativa

  • Mostraba sensación de prisa y llegó a preguntar de nuevo: “¿Cuánto tardaremos?"

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OurenseLa jueza del Penal 1 de Ourense se vio el pasado lunes en la obligación de cortar de raíz la surrealista petición de un acusado al que se estaba tomando declaración por videollamada, con motivo de su residencia en Cataluña.

Al hombre, acusado de cometer una estafa de 2.200 euros por el método del hijo en apuros, se le había concedido la posibilidad de no viajar hasta Ourense para declarar, y al parecer lo hizo desde su lugar de trabajo.

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Pero como se suele decir en estos casos, “le dieron la mano y cogió el brazo”, ya que el acusado, cuando estaba siendo interrogado por la Fiscalía, se tomó la libertad de pedirles a los magistrados si podía interrumpir su declaración y llamarles en 10 minutos.

“¿Cuánto tardaremos?”

Según detalla el diario La Región, durante el interrogatorio de la fiscal, “de repente”, se dejó de ver en la pantalla la imagen del acusado, “escuchándose solo su voz y la de alguna persona más al fondo”. “Tenemos que ver la imagen”, le advirtió la jueza, a la que el acusado le espetó una surrealista petición que sorprendió a los presentes: “Estoy con unos clientes, ¿puedo llamarles en 10 minutos?”.

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La negativa de la jueza fue rotunda aunque esta le ofreció la posibilidad de abandonar la videollamada y dar por finalizada su declaración.

El acusado tomó la decisión de continuar declarando para defenderse de las acusaciones de estafa que pesaban sobre él, pero “mostrando la misma sensación de prisa”, añade la cabecera, al preguntar de nuevo, antes de su derecho a la última palabra: “¿Cuánto tardaremos?”.

La suerte estaba de su lado ese día ya que la ausencia de dos testigos obligó a aplazar el juicio hasta marzo, por lo que el acusado pudo seguir atendiendo a sus clientes sin distracciones.

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