Muchos son los personajes tradicionales del carnaval en Galicia, cada uno de ellos propio de una localidad. Entre los más conocidos están los cigarróns de Verín, los peliqueiros de Laza, o las pantallas de Xinzo de Limia, todos con similitudes en su vestuario, pero también con características muy concretas que los diferencian y definen.

Pero, además, en el Entroido gallego destacan otros personajes, que llaman la atención por su vestuario colorido, engalanado y adornado, y que son los protagonistas de dos carnavales que afianzan su tradición saliendo cada año a los pueblos de sus comarcas, en localidades de A Coruña y Pontevedra.

El Entr­oido dos Xenerais da Ulla se celebra cada año en varios municipios de la comarca de Santiago, A Estrada y Vedra, entre otras. En esta celebración tradicional, que tiene sus primeras referencias a mediados del siglo XIX, los que mandan son los Xenerais, los generales y sus acompañantes. Son unos personajes que van ataviados con vistosos uniformes militares de época napoleónica y plumas de colores en sus sombreros y recorren las parroquias a caballo. Van lanzando “vivas” dedicados a familias y vecinos de cada aldea.

El momento más destacado del paseo de los Xenerais por las diferentes aldeas, llega a la hora de los “atranques”: unos enfrentamientos dialécticos en el que dos Xenerais se baten en una batalla verbal cargada de sátira y humor, algo parecido casi a una batalla de gallos, en versión rural y festiva, donde se abordan temas de actualidad o asuntos de cada aldea. El Entroido dos Xenerais da Ulla está declarado Fiesta de Interés Turístico de Galicia.

En las parroquias pontevedresas de San Adrián y Santa Cristina de Cobres, en Vilaboa, son las madamas y los galanes quienes ponen color al Entroido. Este es el único carnaval tradicional de Galicia en el cual sus personajes principales no llevan máscara. Es un carnaval para lucirse, donde sus personajes principales hacen gala de la belleza de sus trajes, ostentosos en cuanto a adornos.

Estos personajes visten trajes adornados con collares y sombreros absolutamente llenos de flores, plumas y otros adornos de colores y recorren las aldeas del pueblo tanto el sábado como el domingo de carnaval, realizando danzas tradicionales y participando en juegos con los vecinos. Son los más jóvenes de la comarca los que cada año se visten de madamas y galanes para mantener esta tradición viva y durante todos los días del carnaval, se dedican a recorrer los distintos lugares del pueblo, parando a bailar en numerosas ocasiones delante de las casas de los vecinos. La celebración tiene como broche final la Corrida do Galo que se desarrolla el martes por la tarde junto a la Casa da Cultura, y que posee para los vecinos de Cobres un valor incalculable como tradición en estas fechas.

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