El susto de la reportera Sara García en Cualedro, en Ourense: "Salimos del restaurante y las llamas se acercaban a un depósito de gasoil"

El susto de la reportera Sara García en Cualedro, en Ourense: "Salimos del restaurante y las llamas se acercaban a un depósito de gasoil"
El fuego obligó a desalojar un restaurante en Ourense donde estaba la reportera Sara García, cerca de un depósito de gasoil. Informativos Telecinco
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La provincia de Ourense vive horas críticas por culpa de una oleada de incendios forestales. Las altas temperaturas, el viento y la sequía han contribuido a que las llamas se propaguen con rapidez, obligando a desalojos urgentes y a activar el sistema de alertas a través del 112 para advertir a la población. Uno de los momentos más tensos se vivió en el municipio de Cualedro, donde un equipo de informativos de Telecinco fue testigo directo del avance del fuego y los riesgos que podía desencadenar.

La periodista Sara García, desplazada a la zona, ha relatado lo ocurrido en pleno directo: "Estábamos comiendo dentro de este restaurante. Empezamos a escuchar gritos y cuando salimos había una enorme columna de fuego, evidentemente desalojamos, pero la tensión crecía por momentos porque las llamas se acercaban muy rápidamente a un depósito de gasoil que está justo detrás del restaurante", ha explicado.

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"Minutos después recibíamos en nuestros teléfonos móviles un mensaje de alerta del 112 instándonos a no conducir por carretera, sino era estrictamente necesario, porque toda la provincia estaba en alerta. Ahora mismo hay 10 incendios que se encuentran activos y todo apunta a que va a ser de nuevo una noche muy complicada porque la situación, cómo decimos, se complica en toda Galicia", ha agregado la reportera.

Alerta en Ourense

Mires a donde mires el fuego se abre paso sin piedad y recubre de un ambiente grisáceo cualquier punto de Ourense. La situación es dramática. Y los trabajos desbordan a los equipos de extinción, que de manera incesante tratan de frenar los numerosos focos repartidos por los frentes que avanzan sin control y que ya se extienden por decenas de kilómetros.

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La alerta ha llegado a los vecinos de numerosos municipios, como el de Arrúa, en donde las llamas bordeaban el núcleo urbano cercado por el incendio sin electricidad y que obligaba a los vecinos a ayudar a aplacar las llamas. Parar el avance del fuego se hace imposible porque tan pronto como se logra apagar un foco, se activa otro apenas unos metros de allí, como en Cualedro.

Las llamas han rodeado un restaurante, obligando a quienes se encontraban en su interior a sacar cubos para salvar el local. Una imagen que se repite por todos los pueblos, donde bomberos forestales, UME y vecinos desesperados, que ven cómo sus casas se ven amenazadas, no desisten en su labor y luchan a contrarreloj contra un caos que se incrementa cada día.