La señora Fonville fue a arreglarse las uñas en el salón del barrio, donde ha vivido "una humillación", según sus propias declaraciones.
"Dejé que mis uñas se secaran para buscar los precios en el listino oficial y descubrí que me cobraban de más", ha contado la mujer a los medios.
"Se lo dije a la empleada y pensé que era una equivocación, honestamente pensé que era un error". Sin embargo, la usuaria, escuchó que le cobraban cinco dólares más por su sobrepeso.
La responsable del salón medios detalló los costes de las sillas y los límites de peso que estas pueden soportar. "Las sillas solo admiten un peso máximo de 90 kilogramos y repararlas cuesta hasta 2.500 dólares", dijo.
"¿Piensas que es justo que por 24 dólares que cuesta la manicura y pedicura, nosotros tenemos que pagar 2.500?, pues no", afirmó.
Lo ocurrido plantea cuestiones prácticas relacionadas con el trato también a las personas mayores o cuando la obesidad está relacionada con problemas de salud. ¿Cuándo es injusto para ellos que tengan que pagar más.
Por ejemplo, la mayoría de las compañías aéreas dan a los pasajeros más grandes, sea de altura que de peso, una extensión para el cinturón de seguridad y lo hacen de forma gratuita.
Sin embargo, para la seguridad de los demás pasajeros en una situación de evacuación, es mejor que los usuarios más voluminosos no deban estar sentado en la fila que corresponde con las puertas de salida.