Una joven colombiana decidió ir a comer a un restaurante después de un día largo y exhausto durante su viaje por Hawai. Hasta ahí todo normal, pero en el restaurante se encontró con un inesperado problema, que acabó en una buena anécdota viral en redes sociales.
Diana García Ocampo contó a través de una publicación en LinkedIn que estaba de viaje por Hawái a principios de este mes cuando se le bloqueó su tarjeta de crédito al intentar pagar la cuenta en un restaurante. "Les quiero contar algo que me acabó de suceder, y lejos de quejarme, me parece interesante analizar los esquemas de atención al cliente que pueden manejar las diferentes empresas”, escribió la joven en su publicación.
Ese día, de acuerdo con su relato, se acercó a un restaurante de Hawái a almorzar. “Entré allí después de un día agotador, sola, para relajarme un poco, comer y tomar algo", explicó. Al cabo de un rato, cuando llegó la factura, no pudo pagar. La tarjeta de crédito se había bloqueado por “posible fraude”. El mal trago acababa de empezar.
Diana no daba crédito, nunca mejor dicho. Antes de emprender su viaje había visado a su banco, un procedimiento muy habitual para evitar bloqueos automáticos. Hasta ese momento, la tarjeta de crédito había funcionado con normalidad.
Tras recibir la noticia del bloqueo, la joven comunicó con el servicio de atención al cliente de la tarjeta. Sin embargo, no resolvieron nada. Ocampo siguió sus instrucciones y llamó a su banco, en Colombia. Sin embargo, nadie le atendió el teléfono. Frente a este problema, la joven comenzó a preocuparse: “Casi colapso”, recordó en la red social.
Pero el restaurante tuvo un gesto solidario: La reacción del restaurante Moku Kitchen fue: ‘Disfruta tu comida y tu viaje, entendemos por lo que puedes estar pasando. Todo tu pedido es cortesía de la casa’”, explicó. La joven aclaró que contaba con dinero en efectivo para pagar la cuenta, pero aun así la decisión del restaurante fue pagarle el almuerzo.
La publicación ya suma más de 48.000 "me gusta". “Que alentadora historia, todavía hay lugares y empresas que se esmeran por atender y empatizar con el cliente”, opinó una usuaria. Era lo que pensaban muchos.