Los escándalos sexuales manchan la reputación del parlamento de Westminster

  • En los últimos años se han producido hasta setenta denuncias a parlamentarios por comportamiento sexual indebido

  • Algunos diputados han sido condenados a prisión por violación o pederastia, otros expulsados por abusar sexualmente de alguien

  • También se ha abierto una investigación por el presunto consumo excesivo de alcohol y de cocaína en el edificio

El secretario de estado de comercio conservador, Conor Burns, ha sido expulsado de su partido por haberse propasado con un joven en el bar del hotel de Birmingham donde se celebró el congreso del partido la semana pasada. Varios testigos corroboraron lo ocurrido. Al parece le puso la mano en el muslo al joven a altas horas de la noche. El partido rápidamente le abrió una investigación y Liz Truss lo apartó de su cargo ministerial y ha sido expulsado por “comportamiento inapropiado”.

“Nos tomamos todas estas acusaciones extremadamente en serio. La primera ministra ha dejado claro que los diputados del partido y miembros de su gabinete deben mantener altos estándares de comportamiento”, dijo un portavoz del grupo parlamentario tory, como se conoce a los conservadores. Burns niega las acusaciones y espera limpiar su nombre en la investigación. Burns ya había tenido que dimitir del mismo cargo que ocupaba ahora en mayo de 2020 tras haber sido declarado culpable en una investigación parlamentaria por haber amenazado de forma velada a una persona del público para que su empresa le facilitara un crédito a su padre, que estaba en apuros. Burns utilizó el matasellos del gobierno para enviar la carta amenazante. Truss lo volvió a nombrar al ser elegida el mes pasado.

El de Burns en Birmingham es el último de una serie de escándalos sexuales que han manchado la imagen de los conservadores (la mayoría incumben a diputados conservadores, aunque también hay algunos laboristas) y, sobre todo, que han denigrado la buena reputación del parlamento británico. El pasado mes de abril había interpuestas 70 quejas por conducta sexual inapropiada en la Oficina Independiente de Quejas y Agravios Parlamentarios (ICGS) del parlamento. Las denuncias afectaban, en abril, a 56 diputados, todos ellos hombres.

Tractores y porno en el escaño

El listado es interminable. El penúltimo es el de Chris Pincher, vicelíder del grupo parlamentario conservador, acusado de abuso sexual a dos jóvenes trabajadores de su partido en un club privado. El escándalo escaló cuando se acusó a Johnson de haberlo nombrado para el cargo el pasado mes de febrero pese a ser conocedor de otros abusos. Johnson lo negó, pero luego trascendió que los informes fueron a parar a manos de Johnson. Este engaño de Johnson una serie de dimisiones en cadena en su Gobierno y en su partido que acabaron con la carrera política de Johnson.  

En 2021, el diputado conservador Imran Ahmad Kan, de 49 años, fue apartado del partido después de una acusación de abuso sexual a un adolescente de 15 años después de darle ginebra en una fiesta de 2008, antes de ser elegido parlamentario. Él negó las acusaciones, pero fue expulsado del partido después de que el juez lo declarada culpable de los cargos en mayo de 2022 y lo condenó a 18 meses de cárcel. Tras la condena, renunció su escaño. En mayo de este año fue detenido por la policía otro diputado conservador cuya identidad nunca fue desvelada acusado de dos delitos de violación y agresión sexual por los que más tarde fue puesto en libertad bajo fianza sin cargos.

En abril, el diputado conservador Neil Parish, de 66 años, con mujer, dos hijos y dos nietos, admitió en abril haber visto pornografía en su teléfono durante una sesión parlamentaria en los Comunes. Parish fue denunciada por una colega de partido que se sentaba detrás de él. Primero sugirió que había abierto la página porno por error mientras buscaba webs de tractores, pero posteriormente admitió que, si bien la primera vez fue un accidente, la siguiente fue deliberada. Él mismo presentó su renuncia inmediata como diputado.

“¡Soy un tory travieso!”

En diciembre de 2021, un juez de una corte familiar condenó al diputado conservador Andrew Griffiths, de 52 años, por violar a su esposa cuando ésta dormía, por presionarla para que tuviera relaciones sexuales, agredirla físicamente y abusar verbalmente de ella. Kate Griffiths, su esposa, de 51 años, con la que tenía una hija, también era diputada tory. En 2018 Griffiths fue acusado de enviar más de dos mil mensajes de contenidos sexual a dos mujeres. Griffiths renunció como secretario de estado de Negocios al trascender los mensajes, filtrados por un diario. Después llegaría la denuncia de su mujer.

En 2020, otro diputado conservador Charlie Elphicke, de 51 años, casado y con dos hijos, fue condenado a dos años de cárcel y encarcelado por agredir sexualmente a dos mujeres. Fue declarado culpable de tres cargos, dos en relación con una empleada parlamentaria en 2016 y uno en relación con una mujer a al que atacó en domicilio londinense en 2007. En su sentencia, el juez describió a Elphicke como “un depredador sexual que usó el éxito y la respetabilidad como una tapadera”.

Durante el juicio, los miembros del jurado escucharon que su primera víctima había sufrido un “episodio aterrador·” cuando la agredió y luego la persiguió por su casa gritando “¡soy un Tory travieso!”. Fue condenado también a pagar los más de 40.000 euros de los costes legales de sus víctimas. Elphicke salió de la cárcel tras cumplir la mitad de su condena completamente arruinado y ha tenido que pedir ayudas sociales porque no tenía dinero para hacer frente a las demandas.

Hospital psiquiátrico

En julio de 2021, el diputado laborista Mike Hill fue condenado por un tribunal laboral por agredir y acosar sexualmente de forma repetida a una empleada en el parlamento para luego discriminarla laboralmente, reducirle el sueldo y acabar echándole al negarse a complacer sus deseos. El exministro de defensa, Michael Fallon, dimitió en 2017 al trascender que había puesto la mano en el muslo de una periodista, el exviceprimer ministro, Damian Green, fue expulsado tras hallar imágenes pornográficas en su ordenador de trabajo, el subsecretario de comercio, Mark Garnier, fue denunciado por su exsecretaria por llamarla “tetas de azúcar” y mandarla a comprarle un juguete sexual.

En abril tuvo que dimitir el diputado conservador David Warburton, de 56 años, después de ser acusado por tres mujeres de abusos sexuales. Una de ellas explicó al ‘Sunday Times’ que en una ocasión él se metió en su cama desnudo y le tocó los pechos y la manoseó pese a que ella le había dejado claro que no quería mantener relaciones sexuales con él.

Warburton también había acusado de consumir cocaína en el parlamento. Fue suspendido por el partido. En julio empezó la investigación parlamentaria cuyas conclusiones todavía no se han hecho públicas. Su esposa explicó que su esposo había ingresado en un hospital psiquiátrico por el estrés y el tormento que le habían provocado las acusaciones.

Cocaína en los baños

El supuesto consumo de cocaína es otro de los problemas del parlamento. En diciembre de 2021, el presidente del parlamento contactó a la policía por las denuncias de consumo de cocaína en el parlamento. Una investigación del ‘Sunday Times’ había revelado que habían encontrado resto de cocaína en once de los doce lavabos que hay en el edificio del parlamento, incluyendo un baño cercano a la oficina del primer ministro, que entonces era Boris Johnson. Solo podían utilizar esos baños periodistas, diputados o personal autorizado. Algunos testimonios hablaban de una “cultura de cocaína” extendida en el parlamento. Otros decían que habían visto a parlamentarios esnifando. A partir de ese momento se desplegaron perros olfateadores por el edificio para detectar drogas.

En una entrevista concedida a LBC el pasado mes de mayo, el exdiputado liberaldemócrata Mark Oaten denunció el ambiente tóxico que se respira en el parlamento por el consumo de drogas y alcohol gratis en su interior y dijo que es un “milagro” que no se hayan hecho públicos más escándalos. “Me temo que el consumo de drogas son algo común en el parlamento -dijo Oaten-. Vi a parlamentarios esnifar coca en sus escritorios, vi a editores políticos de periódicos nacionales esnifar de los asientos del inodoro”.

Oaten tuvo que dejar la política en 2006 cuando sonaba para ser el nuevo líder del Partido Liberaldemócrata después de que el diario ‘News of the World’ le pinchara su teléfono y publicara que había contratado a dos jóvenes trabajadores sexuales masculinos para acostarse con ellos a la vez y que había practicado la coprofilia, como se conoce a la excitación sexual a partir de las heces.