{{#section.link.href}}
{{section.link.title}}
{{/section.link.href}}
Rishi Sunak, el tercer líder conservador en los tres años que llevamos de legislatura, se ha convertido en la última bala para salvar el partido en los dos años que le quedan después del fragante error cometido en septiembre al elegir a Truss en vez de él. Sunak ha dado la vuelta a prácticamente todas las políticas fiscales que puso en anunció el 23 de septiembre Truss provocando la caída de los mercados y de la libra. Sunak supone un giro de 180 grados respecto a Truss no solo en políticas fiscales sino también en la forma de liderar el partido.
La mayoría de las medidas anunciadas por Truss y su ministro de finanzas, Kwasi Kwarteng, han sido ya canceladas por Jeremy Hunt. Hunt es el ministro de finanzas sunakiano nombrado por el partido para controlar a Truss y que Sunak ha mantenido en el cargo tras llegar al poder esta semana. Y las medidas que no han sido canceladas, se espera que se reviertan dentro de tres semanas, cuando Hunt presente su revisión del presupuesto. Se teme una vuelta a la austeridad con un fuerte recorte del gasto público y una subida de los impuestos.
Hunt ha advertido que “algunos impuestos subirán”, otros “no se reducirán tan rápido como la gente quiere”, las personas que más ganan serán objeto de un incremento de impuestos de hasta 20.000 millones de libras (23.000 millones de euros) y ha pedido a todos los ministerios que se preparen para ahorrar entre un 10 y 15%. El objetivo es tapar la deuda pública de 40.000 millones de libras anuales (45.000 millones de euros).
El partido ya obligó a Truss a cancelar la bajada de los impuestos a los ricos y a reintroducir la subida del impuesto a las empresas del 19 al 25% anunciado por Sunak cuando era ministro de finanzas de Johnson. Hunt ya anunció subidas de la Seguridad Social y de los impuestos a las bebidas alcohólicas. También canceló la protección de las facturas del gas de dos años anunciada por Truss y la redujo a seis meses hasta abril, cuando se espera que las facturas se incrementen un 80%. El restablecimiento del orden en las finanzas públicas es su prioridad. Por esto ha aplazado dos semanas la presentación de su presupuesto hasta el 17 de noviembre, según Sunak, para asegurarse que no se equivocan.
Los mercados esperan expectantes la decisión del Gobierno. Un análisis que se publicado el jueves dice que se espera que el retraso de quince días reduzca el tamaño del agujero negro en las finanzas públicas hasta en 15.000 millones de libras (17.300 millones de euros). Con la tasa de interés pagada por el gobierno cayendo rápidamente, y la reducción del precio internacional del gas, el Gobierno confía en que pueden ser necesarios menos cambios de los previstos inicialmente.
La mejora del panorama económico significa que Sunak ahora está examinando si algunas de las amplias medidas elaboradas para el 31 de octubre pueden diluirse o cancelarse por completo. El retraso significa también que el Banco de Inglaterra fijará las tasas de interés el 3 de noviembre sin conocer la nueva política de impuestos y gastos. La tasa de interés ha subido dos puntos desde el 0,25% en diciembre de 2021 y ya está en 2,25%. Se espera una nueva subida.
Otro de los giros radicales de Sunak es el ‘fracking’, que Sunak ha vuelto a prohibir después de que Truss lo autorizara en una dramática votación la semana pasada. El ‘fracking’ o fracturación hidráulica es una controvertida técnica de perforación prohibida por asociarse con movimientos sísmicos y con impactos ambientales como la contaminación de acuíferos. Johnson se había comprometido a prohibirlo en su programa electoral de 2019. Truss introdujo una moratoria de esa prohibición al llegar al poder en pro de la supervivencia energética del país. Los laboristas quisieron eliminar la moratoria, pero no pudieron. Sunak la nueva prohibición de Sunak es un mensaje de que están dentro del mandato de Johnson y que están implementando el programa electoral del Partido Conservador con el que ganó las elecciones.
Hay mucha expectación también por saber cómo será su posición con Irlanda del Norte y la Unión Europea (UE). Sunak votó Brexit, pero es más moderado que Johnson y Truss. Los gobiernos de Johnson y Truss impulsaron una propuesta de ley que anularía el protocolo norirlandés del Brexit para eliminar los controles en la frontera de forma unilateral. Está aprobado por la cámara baja y en debate en la cámara alta. Sunak se abstuvo en las primeras votaciones pero al final acabó votando a favor de la ley. La facción dura brexitera le apretará para que tire adelante esta ley que podría incrementar las tensiones con los republicanos irlandeses y con la UE y esto perjudicaría la economía británica. Intentará demorar la ley y evitar una guerra legal y comercial con la UE.
Lo mismo con Escocia. Aunque se opone al segundo referéndum de independencia, llamó a la ministra principal escocesa la misma tarda de llegar al poder a diferencia de su predecesora, que nunca se dignó a llamarla. El mismo talante adoptará para la oleada de huelgas de todo el sector público para este invierno. Piden una subida de los sueldos de acuerdo con la inflación, que está en el 10%. Truss anunció nueva legislación para prohibir las huelgas. Él espera que con sus medidas baje la inflación y sea más fácil llegar a acuerdos salariales. También se ha comprometido a subir las pensiones y las ayudas sociales de acuerdo con la inflación, aunque le será complicado mantener la promesa.
Por lo que refiere a Ucrania, se ha comprometido con el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, y con el estadounidense, Joe Biden, a seguir apoyándolos. Truss se comprometió a incrementar el gasto militar en un 3%. No está claro hasta qué punto mantendrá esta promesa, sobre todo teniendo en cuenta que cada vez la guerra con Rusia es más impopular debido a la subida de los precios de la energía y cómo está afectando el día a día de la gente.
Sunak también supone un giro de 180 grados con respecto a Johnson y Truss en su forma de actuar. Esto se pudo apreciar ya en el parlamento el miércoles en el primer cara a cara entre el líder de la oposición, el laborista Keir Starmer, y Sunak. Había mucha expectación por saber cómo sería el primer duelo. Los sondeos eran desesperantes, con los conservadores a cuarenta puntos en los sondeos de los laboristas, ansiosos de colocar las urnas lo antes posible. Todavía en el aire estaba el recuerdo de la agresividad de Johnson y la robótica pequeñez de Truss. Sunak compareció sonriente. Se mostró feliz, tranquilo, cómodo, elegante y ávido, muy ávido ante Starmer.
“Quiero dar la bienvenida al primer primer ministro -empezó diciendo Starmer, en la bancada opuesta a la de Sunak-, el primer británico asiático en nuestra historia en ese primer ministro es un momento significativo y un recordatorio de que todas las personas de otra razas y creencias puedes conseguir sus sueños en nuestro país”. “Espero que haya un intercambio robusto pero serio y adulto entre nosotros”, le contestó Sunak. Después de esta primera estrechada de manos. Empezó el duelo.
“¿Se equivocó la ministra de Interior dimitiendo la semana pasada por violar el código de seguridad del parlamento?”, le lanzó Starmer. Se refería Suella Braverman, que dimitió la semana pasada tras reconocer que había enviado información confidencial a un colega a través de su correo personal. Su dimisión precipitó la caída de Truss. “Braverman reconoció su error”, dijo Sunak. El verdadero motivo detrás de este controvertido nombramiento es que Braverman representa el ala derecha en el Gobierno y forma parte del intento de incluir todas las facciones del partido en el gabinete. El partido necesita estar unido para evitar unas elecciones anticipadas que les borrarían del mapa.
Starmer intentó relacionarle con una élite distanciada de la clase trabajadora. Le recordó el discurso privado que hizo en la ciudad balneario de Tunbridge Wells, en Kent, uno de los condados más ricos del país, en el que Sunak se enorgullecía de haber transferido presupuesto de zonas depravadas de Londres a Kent. Aquel discurso circula por las redes. “Usted dice una cosa en privado y otra en público”, le recriminó Starmer. Sunak le replicó que también había zonas depravadas en Kent y que debería salir más del norte de Londres, una zona rica de Londres en la que se vive Starmer. Sunak defiende también una bajada de impuestos a la larga.
Starmer contraatacó recriminándole que no tenía mandato electoral. “La única vez que usted se presentó a unas elecciones fue derrotado (en las primarias de verano) por la antigua primera ministra que a su vez había perdido ante una lechuga (en referencia al vídeo viral de Truss). ¿Por qué no convoca elecciones y deja que la clase trabajadora se exprese?”, le espetó. “Usted habla de mandatos, de votos y de democracia, es muy aprovechado viniendo de una persona que intentaron revertir la más importante votación que ha tenido éste en su historia reciente”, replicó Sunak en referencia a que Starmer fue el líder del movimiento europeísta e intentó repetir la votación. Starmer se encontró con un líder sólido que podría recortarle puntos en los sondeos si la situación económica mejora en los próximos dos años antes de las elecciones.