Jornada electoral en Turquía, donde por primera vez en dos décadas los sondeos pronostican una posible derrota de Recep Tayyip Erdoğan. Aunque de momento esas previsiones, al menos para la agencia oficial de noticias turca, no se están cumpliendo. Porque Recep Tayyip Erdoğan, según este medio, se sitúa a la cabeza del escrutinio. Faltan muchos votos por contabilizar y la oposición no confía en que estos datos sean del todo ciertos.
Recep Tayyip Erdoğan acude a las urnas confiando en que los suyos respondan con contundencia a Joe Biden, a quien, en su cierre de campaña acusaba de querer tumbarlo. Por ahora los primeros recuentos lo sitúan por delante. Sin embargo, los alcaldes de Ankara y Estambul aseguran que la ventaja es para el candidato de la oposición, que aglutina a seis partidos.
Confusión e incertidumbre en este duelo por dirigir un país con la inflación por las nubes, marcado por la corrupción y sumido en una profunda crisis económica, tras veinte años en los que el presidente ha acumulado poder progresivamente.
Una era, la de Erdoğan , que está compuesta de dos partes: la primera década, desde 2002, de recuperación económica, acercamiento a la UE y promesas de un Islam democrático. La segunda, a partir de 2013, con dura represión y mucho descontento social que desemboca, tres años después, en un golpe militar fallido.
A partir de ahí, más censura hasta cambiar la Constitución para perpetuarse en el cargo. Paradójicamente, su propia reforma desvirtúa la victoria parlamentaria que los sondeos otorgan a su partido. Una deriva autoritaria que la oposición promete rectificar.
Ahora, habrá que ver hasta dónde puede llegar el líder de un multipartidismo que para muchos es sinónimo de inestabilidad.