Redacción digital Informativos Telecinco 26 FEB 2025 - 22:23h.

Donald Trump asegura que lleva dos años hablando con Vladimir Putin sobre la paz en Ucrania. Este jueves se cumplen tres años de uno de los episodios más oscuros de este conflicto, la masacre de Bucha. En las tumbas que hay en la localidad tras lo ocurrido hay enterrados cerca de 500 ucranianos. Hablamos de madres, padres, hijos y abuelos asesinados de forma brutal. La ciudad se ha convertido en un símbolo de cómo Rusia libra la guerra.

Según informa Javier Zabalza, lo que sigue costando creer es que la matanza en Bucha, y luego unos días después la de Irpín, ocurrió al comienzo de la invasión, cuando las tropas regulares rusas apenas habían sufrido desgaste y con sus capacidades físicas y mentales plenas. Un día antes de cumplirse el aniversario ha sido muy difícil encontrar gente, vecinos, dispuestos a hablar. El equipo de Informativos Telecinco ha encontrado a un señor mayor que se ha emocionado al hablar de lo sucedido y a un sacerdote ortodoxo local que conocía a muchas de las 500 víctimas.

Lo ocurrido en Bucha, una de las mayores matanzas del siglo: Rusia dice que es "un montaje"

Caminando por Bucha ahora, nada hace pensar que allí se produjo una de las mayores matanzas del siglo. El 27 de febrero de 2022, las tropas rusas llegaron por el norte y permanecieron varias semanas, matando en ese tiempo a sangre fría a más de 500 vecinos. "Se comportaban como cazadores. Todos estábamos escondidos y cuando salíamos a buscar agua nos disparaban", cuenta un hombre.

Muchos vivían en las casas de la calle Yablonska, que conduce al interior de la ciudad. Con el paso de los días, a algunos los detectaban con las cámaras térmicas de los tanques para matarlos. Cuando el ejército ucraniano les hizo retroceder, lloraron de alivio. La matanza dejó una herida que asombró al mundo y que definió lo que estaba por venir. El sacerdote dice que "a la familia de un cantante del coro la torturaron y les cortaron las manos, luego los mataron y quemaron los cuerpos".

La víctima de más edad tenía 99 años. De los 12 niños muertos, el menor tenía dos. Los cadáveres tenían dientes arrancados, orejas cortadas y había cuerpos quemados de mujeres violadas. El gobierno ruso asegura que es todo mentira, "un montaje", pero estos crimenes y los de Irpín están en manos del Tribunal Penal Internacional.

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