Un tren de alta velocidad con 500 pasajeros a bordo estuvo a punto de descarrilar y tres personas han muerto a consecuencia de las inundaciones que se han registrado en el sureste de Francia. Ha sido un fenómeno muy violento. En apenas una hora llovió lo que suele recogerse en tres meses. Los alcaldes de la zona han hablado del escenario de guerra.

Un socavón de dos metros entre las vías y el suelo y un tren de alta velocidad con 508 pasajeros a bordo, a punto de pasar en medio de una violenta tormenta de granizo. La gente lo paró in extremis, evitando que descarrilara un milagro para el alcalde: "El tren avanzaba y los vecinos consiguieron parar lo justo en el lugar en el que las traviesas se habían hundido".

Así continúa la situación del país

Parte del tráfico ferroviario sigue hoy interrumpido y en el aeropuerto de Saint-Tropez, el río se ha desbordado, anegando las pistas. El agua llega en algunos casos a la altura de las ventanillas de los aviones. Hoy martes ha llovido en la zona el equivalente a tres meses seguidos de lluvia que han provocado crecidas tan espectaculares como peligrosas en el Departamento de Bar al sureste francés.

Toda la Costa Azul permanece en alerta naranja. Tres personas han muerto, un matrimonio de 86 años que fue arrastrado por la riada y una mujer que murió ahogada dentro de su coche. Está granizada de ayer fue el preludio de las tormentas que estaban por venir. Granizos del tamaño de pelotas de ping pong rebotando en una cama elástica, formando ríos de hielo y arrasando las copas de los árboles que han tenido de verde y blanco las carreteras.