Elon Musk respalda un 'Impeachment' contra Trump mientras algunos republicanos piden al mandatario deportarle y otros que se reconcilien

El enfrentamiento entre Elon Musk y Donald Trump se ha recrudecido y no se ha producido ningún acercamiento: los republicanos se dividen
Trump insiste en que Musk "se ha vuelto loco" y aleja la posibilidad de una reconciliación
La última vez que vimos juntos a Donald Trump y a Elon Musk fue el 30 de mayo en el Despacho Oval de la Casa Blanca, hablando bien el uno del otro. Su mala relación era entonces sólo un rumor. Se dijeron adiós civilizadamente cuando Musk dejó su trabajo al frente del departamento de recortes masivos. Los dos se han aprovechado los últimos meses de esa relación. Musk ha ganado influencia apostando por Trump. Y Trump ha ganado dinero para su campaña y también el favor del mundo tecnológico estadounidense. Pero todo ha ido cambiando.
Sabíamos, por ejemplo, que a Elon Musk no le gustaba en absoluto el nuevo plan fiscal que Trump está promoviendo en el Capitolio. Había hablado incluso de "abominación". Este pasado jueves volvió a recordarlo y a criticarlo en público después de ese disgusto con Donald Trump, pero la temperatura ha ido subiendo algunos grados. Ha llegado a plantear la creación de un nuevo partido -una formación distinta a republicanos y demócratas-, otro gesto de disgusto con quién ha sido su presidente hasta hace muy pocos días. Y la guerra se ha ido recrudeciendo.
Tras las críticas, vimos la contestación de Donald Trump en su propia red social, Truth Social, diciendo que estaba dispuesto a recortar los contratos y los subsidios del Gobierno con las empresas de Elon Musk, por ejemplo, Tesla o Space X. Y ahí es donde la guerra ha empezado a saltar por los aires, porque Musk sacó la artillería pesada y afirmó en un mensaje que la Administración Trump no ha publicado los archivos de Jeffrey Epstein porque el propio presidente estaba dentro de esos archivos. Además, ha afirmado que el mandatario tenía una vinculación con la red de pederastia.
El acercamiento entre ambas partes sigue sin producirse
En los mensajes posteriores, Musk ha respaldado de alguna manera un proceso de destitución del presidente. Un proceso de 'Impeachment'. Trump, desde entonces, apenas ha contestado. Había la posibilidad de un acercamiento este viernes y no se ha producido. Quién más ha sido castigado en las últimas horas ha sido Elon Musk. Después de ese enfrentamiento público, las acciones de su compañía Tesla cayeron en picado un 14%, es decir, 34.000 millones de perdidas. Hablamos de una lucha especial entre el hombre más rico del mundo y el hombre más poderoso. Según ha informado Dori Toribio, el acercamiento entre ambas partes sigue sin producirse.
Trump ha dicho este viernes que no tiene ninguna intención de hablar con Musk. Hablamos de un presidente que valora la lealtad ante todo y que no perdona fácilmente. Lo hemos visto muchas veces. Mientras, Elon Musk guarda silencio desde este jueves. La sensación en Washington es que todos los implicados están intentando mantener la cabeza fría. Los líderes republicanos están pidiendo que se calmen las cosas y que se reconcilien, porque la realidad es que todos tienen mucho que perder con esta batalla.
Los dos tienen herramientas para hacerse mucho daño el uno al otro
Los dos tienen herramientas para hacerse mucho daño el uno al otro. ¿Qué puede pasar entonces y cómo puede afectar esto al movimiento trumpista? Para empezar, Trump se está jugando la ley presupuestaria, que es esencial para cumplir su agenda política y que aún no se ha aprobado en el Senado por las críticas de algunos republicanos y de Elon Musk, que tiene el megáfono más grande del mundo, su red social X, y que además es el mayor donante de fondos del partido, ya con las próximas elecciones en mente.
Por eso, los seguidores de Trump están divididos. Mientras tanto, Musk se está jugando sus empresas. Trump amenaza con cortar esos contratos públicos y algunos, como Steve Bannon le piden que vaya más allá y use su poder para investigar a Musk o incluso deportarle. Una amistad que ha terminado explotando sobre el espacio estadounidense como los cohetes que quieren llegar a Marte, cuya basura espacial corre el peligro de caer sobre las cabezas de la población.