Asesinatos

Condenada a cadena perpetua la mujer que mató a sus exsuegros con setas venenosas en Australia

Erin Patterson, de 50 años, envenenó con setas tóxicas a sus exsuegros
Archivo - Un agente de policía y un perro inspeccionan la propiedad de Erin Patterson en Leongatha, Victoria.. Reuters archivo
  • Erin Patterson, de 50 años, invitó a su familia política, a una comida en su casa con el fin de matarlos, según la sentencia

  • El único superviviente de la comida de Erin Patterson, un tío de su exmarido, tuvo ser sometido a un trasplante de hígado

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Una mujer, de 50 años, ha sido condenada a cadena perpetua por haber asesinado a sus exsuegros y a la tía política de su exmarido envenenándolos con setas tóxicas en una localidad de Morwell, en el estado sureño de Victoria. Australia. Erin Patterson, invitó a una comida a la que había sido su familia política para matarlos. Su exmarido, también estaba invitado a la comida envenenada, pero este no acudió.

La sentencia, además de la cadena perpetua, incluye 25 años de prisión por intento de homicidio del único invitado que sobrevivió al solomillo envenenado que preparó Erin Patterson, que pasará como mínimo 33 en prisión, después de que su abogado pidiera al juez Christopher Beale fijar un periodo mínimo para que pudiese salir de la cárcel pasados los 80 años. El magistrado ha tenido en cuenta para ello las condiciones que ya había afrontado Patterson bajo custodia, así como la previsión de que, por ahora, sería encarcelada en régimen de aislamiento, según ha recogido la radiotelevisión pública australiana, ABC.

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El único superviviente de la comida de Erin Patterson tuvo ser sometido a un trasplante de hígado

Patterson fue declarada culpable en julio de 2025 por haber envenenado deliberadamente a estos familiares en una comida a la que los había invitado --como también había hecho con su exmarido, que rechazó el convite-- y donde añadió setas altamente tóxicas --oronjas verdes o amanita phalloides-- a un solomillo Wellington.

La intoxicación acabó con la vida de sus exsuegros, Don y Gail Patterson, así como una hermana de su antigua suegra, Heather Wilkinson, mientras que el marido de ésta, Ian Wilkinson, sobrevivió tras meses en el hospital y un transplante de hígado.

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El único superviviente de los cuatro se había mantenido en silencio hasta ahora, pero se ha pronunciado ante los medios al término del juicio, agradeciendo a la Policía del estado de Victoria su "investigación profesional, eficiente y eficaz". "Han sacado a la luz la verdad sobre lo que ocurrió con la muerte de tres buenas personas", ha afirmado.

El hombre ha agradecido a los servicios sanitarios que los atendieron a su esposa y a él y ha querido "animar a todo el mundo a ser amable con los demás". "Nuestras vidas y la vida de nuestra comunidad dependen de la bondad de los demás", ha subrayado antes de concluir su intervención pidiendo privacidad para una familia que "sigue llorando y recuperándose" tras la sentencia de Patterson.