Aunque la Unión Europea todavía no ha hecho público los datos, el diario aleman Westfalen Post asegura que un 80% de los votantes opta por suprimir este sistema de cambios horarios y prefiera que el reloj se mantenga invariable a lo largo del año. En total, durante los 43 días que ha permanecido abierta la encuesta, han votado un total de 4,6 millones de personas. La participación es altamente superior a otras realizadas por Bruselas, lo que demuestra el interés que hay en la calle por este tema.
Ya conocida la opinión popular, la Comisión Europea debatirá este asunto durante este jueves 30 de agosto y el próximo viernes 31. La consulta no es vinculante y serán los organismos europeos los que tengan la última palabra. La Eurocámara pidió a la Comisión el pasado 8 de febrero que reevalúe las consecuencias en la salud de los europeos del cambio horario que se aplica en toda la UE a finales de marzo y de octubre, con el objetivo de valorar su posible supresión, tal y como reclaman países como Finlandia y Lituania.
El debate sobre los efectos negativos que esta práctica tiene lleva tiempo sobre la mesa. Diversos estudios científicos sostienen que el cambio de hora tiene efectos sobre la salud. Es normal que cuando se realizan aparezca insomnio, somnolencia diurna, irritabilidad, ansiedad y dificultad para la concentración, aunque todo esto es algo temporal y desaparece una vez que nos acostumbramos.
La normativa comunitaria sobre el horario de verano, vigente desde 2001, establece una fecha y hora comunes en toda la UE para los cambios de hora, con objeto de garantizar el correcto funcionamiento del mercado interior. Actualmente existen tres zonas horarias en la UE: la Hora de Europa Occidental -en la que se encuentran Portugal, Reino Unido e Irlanda-, la Hora de Europa Central, en la que se encuentran España y otros 16 estados miembro, y la de Europa Oriental para ocho países del este.