Al parecer, Katie tenía miedo de que la hija que ambos tienen en común, Suri, se volcara demasiado en esta religión y, por este motivo, ha decidido solicitar la custodia completa. Algo que Tom no está dispuesto a permitir.
Según informa el diario The Sun, la actriz está convencida de que es objeto de vigilancia por investigadores privados contratados por los cienciólogos.
Al parecer, Katie se ha mudado con su hija a un apartamento en Chelsea y está siendo vigilada porque la consideran una amenaza después del divorcio.
La actriz, asustada por la presencia de los supuestos espías en la puerta de su apartamento, ha pedido a su seguridad privada que les fotografiaran y llamaran a la policía, que ha registrado la presencia de dos vehículos sospechosos en el edificio donde vive ahora Katie.