Dos hermanos sobrevivieron al primer atentado en Sri Lanka y murieron en su huida en una segunda explosión

Informativos Telecinco 23/04/2019 23:32

Daniel Linsey, de 19 años, y su hermana Amelie, de 15, se encontraban en Sri Lanka en el momento en el que los terroristas sembraron la masacre que ha sesgado más de 300 vidas tras una sucesión de atentados suicidas.

Una cámara de una de las iglesias atacadas captó el momento en que los terroristas llegaban hasta su objetivo con total impunidad. Nadie imaginaba que la mochila que portaba estaba llena de explosivos destinados a causar el máximo daño posible. Se habían instalado en el hotel en el que estaban a punto de atentar. Del pasillo al ascensor, fueron directos a la planta de los desayunos, donde dse encontraban decenas de turistas. Allí, con sangre fría, sembraron el terror.

Murieron tras sobrevivir a una primera explosión

Como informa Daily Mail, Daniel y Amelie, ambos británicos, estaban desayunando con su padre en el lujoso hotel de Shangri-La Hotel en Colombo antes de dirigirse al aeropuerto con el propósito de coger su vuelo de regreso a casa, y de algún modo salvaron sus vidas después de que los terroristas suicidas detonasen sus explosivos entre todos los comensales.

En medio de la matanza y presos del pánico, corrieron para escapar y huir del lugar, pero apenas unos instantes después una segunda explosión de otro terrorista suicida les alcanzó. Todos ellos murieron, formando parte de los 321 muertos que contabiliza el último balance de víctimas mortales.

El Estado Islámico ha reivindicado los atentados

El Estado Islámico se ha pronunciado reivindicando el atentado del pasado domingo a través de un vídeo en el que los supuestos terroristas juran lealtad al grupo terrorista. Ellos serían los que perpetraron la matanza tras manifestar su compromiso con la muerte de católicos y extranjeros.

Según el Gobierno de Sri Lanka, los ataques fueron una venganza por la matanza de 50 personas en dos mezquitas de Christchurch, Nueva Zelanda, el pasado 15 de marzo. Y como en aquella tragedia, los atacantes atacaron con la mayor crueldad.

En paralelo al ataque en el hotel, las cámaras de otro punto de la ciudad captaban cómo otro de los terroristas avanzaba tranquilo con otra pesada mochila a la espalda cargada de explosivos. Dirigiéndose a la Iglesia de San Sebastián, llegó a pararse en su camino ante un padre y su hija antes de inmolarse ante todos los fieles congregados en el lugar.

Hoy, en ese mismo templo, donde 110 personas fueron asesinadas, se ha celebrado un funeral masivo para honrar a las víctimas de tanto odio.

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