Pase lo que pase, la tierra de las gaitas, los kilts y el whisky no será la misma tras estos comicios. En caso de triunfo del ‘sí’, comenzará un complejo proceso hasta que Escocia se convierta en estado independiente; la fecha prevista: el venticuatro de marzo de dos mil dieciseis. Antes, a sus dirigentes les tocará negociar: Primero, con la pareja de la que se han divorciado: el Reino Unido, Desde si les permiten seguir usando la libra, hasta el reparto de la deuda y de los bienes británicos en suelo escocés, petroleo incluído. El segundo tira y afloja será con Europa: que debe decidir si el nuevo país sale de la Unión y por cuánto tiempo. ¿Y si gana el ‘no’? Las cosas tampoco seguirán como hasta ahora. Al menos si los líderes de los grandes partidos británicos cumplen con el juramento que han firmado a última hora, en el que prometen a los escoceses más autonomía y más dinero si continúan en el Reino Unido.