Un exmarine de Estados Unidos disparó y mató a cuatro personas en el centro de Florida el pasado domingo. El francotirador, identificado como Bryan Riley, ha dejado herida a una niña de 11 años, a la que tuvieron que someter a cirugía por siete heridas de bala.
Bryan Riley, veterano de las guerras de Irak y Afganistán, mató a un hombre de 40 años, a una mujer de 33 y a su bebé de tres meses y a la abuela, de 62 años, en una zona residencial del condado de Polk (Florida).
Riley, tras su detención, declaró que no tenía ninguna conexión con las víctimas antes de darse por vencido. Dijo que había consumido metanfetamina. El marine intentó agarrar el arma de un agente mientras lo trataban en el hospital de su herida de bala.
El exmarine sufría estrés postraumático y depresión, según su novia. Sin embargo, actualmente trabajaba como guardaespaldas y guardia de seguridad. Tras du arresto dijo a la policía: “Ya saben porque hago esto”.
El agresor apareció por primera vez en la casa de las víctimas el sábado por la noche, haciendo declaraciones sin sentido, pero se fue cuando apareció la policía. Regresó en la noche del domingo y mató a las cuatro personas, incluido el bebé que estaba en brazos de su madre.
Tras recibir asistencia médica, el sospechoso fue trasladado a una cárcel local. La investigación sigue abierta.