“Estoy bastante segura de que hay un lobo merodeando por mi halle en Sochi”, explica Hansen en su página de Youtube.
Los problemas en Sochi inundan los periódicos y las redes sociales desde que comenzaron los Juegos.
Aunque los deportistas parecen haber encontrado la grata sorpresa de sus habitaciones y hoteles acabados, no ha ocurrido lo mismo con los periodistas. Las anécdotas sobre los hoteles se multiplican en Twitter, así como las fotos. Las más habituales son las quejas por falta, cortes o calidad del agua, caída de lámparas, cortinas o picaportes y, lo más curioso, la espera para que terminen de construir la habitación para entregarla. Un periodista se quejaba a las 2.25 de la mañana de que esperaba para que acabaran de construir el baño de su habitación.